lunes, 30 de octubre de 2017

Modulo Nº5 Kabbaláh Básica



EL PODER DIRECTIVO-HANHAGA-Y LA PROVIDENCIA –HASHGAJA El significado del término hanhaga en la Cabala En el lenguaje cotidiano un líder-manhig- es un hombre que guía a otros hacia una meta determinada y el poder Directivo –hanhaga- es la cualidad que caracteriza al líder. En la terminología cabalística, el poder directivo, tiene un sentido más amplio. Cuando decimos que El creador dirije su mundo, estamos diciendo que El abastece al mundo con todo lo necesario y que completa todo carencia. En la Cabala, el poder Directivo representa una dimensión espiritual, ya que el mismo se ejerce por medio de las sefirot, las cuales actúan a nivel espiritual. Las sefirot las raíces de la realidad material creada ex nihilo.
Sin las raíces espirituales no tendría la existencia la realidad material.

Existen tres tipos de poder directivo: a) de la bondad (jesed). b) del juicio (din) y c) de la misericordia (rajamin). Cuando decimos que el Creador dirige a su mundo con bondad, nos referimos a que las sefirot de la línea de la bondad, de la línea derecha, son las predominantes; estas son las responsables de sentar las raíces espirituales que vitalizan y sostienen a la realidad material.

Tras asentarse estas raíces, un poder de iluminación especial las lleva de la potencial al acto. Estas raíces, que fueron formadas bajo la directiva de la bondad, son manifestaciones de la voluntad del Creador de dirigir a su mundo con benevolencia. La diferencia entre el poder directivo de la bondad y el del juicio reside en que, cuando se entrega la directiva a las sefirot de la línea del juicio, la línea izquierda, la cantidad y calidad de las raíces espirituales serán inferiores y de menor grado que las del poder Directivo de bondad. Como resultado de esto, la realidad material, que no es más que la de dichos poderes espirituales, también será menor tanto en cantidad como en calidad. Estamos hablando de dos tipos de que llegan a los seres creados.

Abundancia espiritual, que es la totalidad de las luces emergentes de las sefirot. Abundancia material, creación ex nihilo, que es la traslación de dichos poderes espirituales para el usufructo del hombre. En contraste con el hombre que necesita convertir la abundancia espiritual en material, hay criaturas más elevadas, como por ejemplo los ángeles, que no necesitan nada material, ya que carecen de cuerpo, y la abundancia que les llega de las sefirot es puramente espiritual. A continuación nos referiremos a la relación existente entre los distintos tipos de Poder Directivo y las sefirot.

El Poder Directivo en las sefirot jesed, gevura y tiferet
A pesar de que el Poder Directivo del mundo se divide en diez sefirot, las mismas se subdividen en tres categorías principales: a) la de la bondad, b) la del juicio, c) la de la misericordia. Y si bien estos tres tipos se adaptan a las sefirot de jesed, gevura y tiferet, los sabios cabalistas que recibieron su sapiencia del profeta Elías, nos enseñaron que durante los seis mil años de existencia del mundo los seres humanos no lograran adaptarse a estas tres categorías, debido a su bajo nivel espiritual. La explicación es la siguiente. Como la esencia de la bondad es brindar generosamente, sin límites, se necesita un enorme nivel espiritual para sobreponerse al instinto que inclina al individuo a apropiarse de la abundancia material y espiritual provenientes del Poder Directivo del jesed, en lugar de dirigirlo por completo al servicio del Creador. Ya que durante los seis mil años no logramos los medios para recibir todo este bien, el resultado inevitable ha de ser olvidarnos de Quien nos lo proporciono, tal como está dicho: < Y Ieshurun engordo y luego pateo> (Deuteronomio 32:15)

Por otro lado, el mundo no puede soportar la severa crítica que caracteriza al Poder Directivo del juicio. E incluso el Poder Directivo de misericordia, que es el Poder Directivo verdadero en su mayor esplendor, no se adapta a las criaturas que no han llegado aún al nivel de la verdad. Por consiguiente, vemos una realidad por espacio de seis mil años, en la que ninguno de los tres principios rectores (bondad, juicio y misericordia) se adapta. Es por eso que El Creador emano para este periodo un Poder Directivo combinado entre las sefirot de netzaj, hod y iesod y las sefirot de jesed, gevura y tiferet, creando un tipo particular de conducción adaptado a este tiempo.
La división de las diez sefirot y el Poder Directivo
La características de la sefira de Keter es la abundancia de bondad y misericordia ilimitados para con lo creado, sin importar los méritos del receptor. Al respecto escribe el talmud: a pesar de que no lo merezca (Tratado Berajot 7ª). Desde este punto de vista, tanto la sefira de jojma como la de bina representan una gran nivel de bondad, debido a su alto nivel espiritual. En otras palabras, cuando El Creador dirige su mundo a través de las sefirot de Keter, jojma y bina, una gran abundancia viene al mundo, sean sus criaturas merecedoras o no. Y aunque la bina sea la raíz de la línea izquierda, los juicios solo provienen de la sefira de gevura.

La bina, por formar parte de las tres sefirot primarias, es poseedora de bondad y misericordia absolutas. Lo que caracteriza a las tres primeras sefirot es la cualidad de infundir el bien en abundancia sin discriminar entre el justo y el malvado. Más la sefira de jesed, cuya cualidad es proporcionar generosidad en abundancia, la otorga solo a quien la merece. La sefira de gevura se caracteriza por su limitación y restricción, y este es el juicio en que se sentencia a cada uno de acuerdo a sus actos. Tiferet es la sefira que media entre jesed y gevura, pero tiende más a la derecha, hacia la bondad. La cualidad de la sefira de netzaj es la de guiar de acuerdo a la bondad-jesed-, pero no según la bondad pura sino integrada con el juicio. Por ejemplo: cuando un hombre es castigado y considera que se le ha hecho un mal, a este Poder directivo se lo denomina -tzadik vera lo.

Y si preguntamos: ¿Qué clase de bondad es esta? La respuesta es que el Eterno hace un gran bien con él, porque, como quiere beneficiarlo posteriormente, lo castiga en este mundo para expiarlo y quitar toda inculpación hacia él; así podrá recibir el bien eterno en el mundo por venir. Este es un ejemplo de la bondad integrada con el juicio. La cualidad de la sefira de hod es el juicio integrado con la bondad, y un ejemplo de esto es ,-rasha vetov lo. Al malvado le parece que le están haciendo un bien, pero la verdad es que lo que está recibiendo es la retribución a los pocos méritos que obtuvo en este mundo; lo que de verdad se merece lo recibirá en el Mundo Venidero. Este es un ejemplo del juicio integrado con bondad. La sefira de iesod es la que media entre las sefirot de netzaj y hod, pero se inclina hacia la izquierda.
Vemos que el Poder Directivo de estas seis sefirot –jesed, gevura, tiferet, netzaj, hod y iesod- se realiza de acuerdo al comportamiento humano, y por eso al Poder Directivo de estas se lo denomina . Frente a este, la directiva de Keter jojma y bina es absolutamente independiente de las acciones humanas. La característica de la sefira de maljut es recibir de las sefirot y supervisar a las criaturas, para revelar el reinado divino en el mundo.

La sefira de maljut- conexión entre el Creador y Sus criaturas El objetivo de la creación es revelar la unidad del Creador. Para lograrlo El Eterno quiso que Su presencia y providencia se extendieran sobre sus criaturas. En otros términos, El Creador quiso que las criaturas, poseedoras del libre albedrío, supieran que existe una realidad espiritual que las conecta con el Creador y que todas sus acciones traen aparejadas una reacción apropiada en los mundos superiores. La realidad espiritual que conecta entre las criaturas inferiores y su Creador es denominada Shejina, la divina Presencia, lo cual implica que El Creador habita entre ellos.

En términos de sefirot, la Shejina es la sefira de maljut. Ella capta el servicio a Hashem que realizan los hombres, y transmite lo que recibió a la sefira de iesod que se encuentra por encima de ella. Debemos recordar que, la mano que se mueve, la boca que habla y el cerebro que piensa, son meros instrumentos, ya que la esencia del acto, del habla y del pensamiento es el alma humana. El alma de cada persona en particular es la esencia misma del Infinito, la en el hombre. Aquí podemos comprender como el servicio a Hashem, que es una labor física, recibe significado espiritual de santidad y pureza. De hecho, lo que hace el alma humana es las acciones físicas a valores espirituales.

La sefira de maljut percibe el servicio a Hashem a través del alma. Si durante el cumplimiento de los preceptos (como podría ser el ponerse las filacterias-tefilin) logramos unir el pensamiento a la entrega y dedicación que acompañan al precepto, ese acto no será un mero acto físico sino una acción que vitaliza al alma, la . Aquí actúa la sefira de maljut y traduce la acción del precepto, que es la voluntad del Creador, en valores espirituales que se elevan así al grado de la sefira de iesod.
El Poder Directivo pertenece a las sefirot, pero su consecuencia es la abundancia material

La abundancia que llega a los seres creados depende del tipo de Poder Directivo que aplica El Creador en el mundo. A pesar de que el Poder Directivo es un asunto espiritual por tratarse de la raíz de todas las cosas, de todas maneras la consecuencia de estas raíces se expresa por medio de la abundancia material o espiritual que llega a los seres creados. La realidad material en su totalidad está compuesta por cuatro elementos: 1) fuego, 2) aire, 3) agua y 4) tierra.

Cuando El Creador rige a su mundo con bondad, la consecuencia de su Poder Directivo en el mundo material es el elemento del agua (no nos estamos refiriendo solo al elemento agua, sino a la materia en que el elemento agua predomina). Cuando El Creador rige a su mundo bajo la característica del juicio, la consecuencia en el mundo material es el elemento del fuego. Cuando El Creador rige a su mundo bajo la característica de la misericordia, la consecuencia es el elemento del aire. Esto indica que cuando El creador rige a su mundo bajo la característica de la bondad, emergen raíces espirituales especiales cuyas consecuencias materiales (la forma en que se traducen al plano físico) se manifiestan en el elemento del agua, y cuando el Creador rige a su mundo bajo las características del juicio, emergen raíces espirituales especiales cuyas consecuencias materiales cobran formas de fuego; y la medida de la misericordia echa las raíces espirituales cuya consecuencia es el aire.

Estos tres principios, en conjunto con la tierra, que es maljut, componen toda la realidad de los niveles inanimado, vegetal, animal y humano. Las sefirot de jojma, bina y daat son la guía del Poder Directivo La base del Poder Directivo se encuentra en las sefirot de jesed, gevura y tiferet. Estas sefirot son las encargadas de establecer las reglas de la dirección del mundo. Pero es necesaria otra decisión que determina la intensidad de este poder, o en otros términos, la cantidad y calidad de bondad, juicio o misericordia que ha de llegar a los seres creados. En las sefirot de jesed, guevura y tiferet se determina si el Poder Directivo será del tipo de bondad, juicio o misericordia y en las de jojma, bina y daat se estipula la intensidad de este poder. Por ejemplo, si se determina que el Poder Directivo sea del tipo de bondad, en jojma, bina y daat se decidirá qué clase de bondad, si bondad ordinaria o extraordinaria. La diferencia se encuentra en la cantidad y también en la calidad. Bajo la directiva de bondad ordinaria cada uno recibe de acuerdo a sus acciones, y bajo la directiva de suma bondad también los impíos se ven beneficiados, aunque no sean merecedores.

A modo de ilustración se puede describir a la relación de las sefirot entre si como centelleos de iluminación. Es como si una sefira enviara iluminaciones y destellos de luces y la otra los recibiera. Desde el punto de vista intelectual, las sefirot son poderes mentales cuya relación depende del mutuo acuerdo entre la sefira dadora y la receptora. En este caso, las sefirot jojma, bina y daat actúan como dadoras e influyen abundancia porque son el de las sefirot. La s sefirot jesed, gevura y tiferet son quienes reciben este poder y actúan conforme a él. En otras palabras, las sefirot de jojma, bina y daat rigen y guían a las sefirot jesed, gevura y tiferet y por eso son consideradas las guías del Poder Directivo.

En lenguaje cabalístico decimos que las sefirot jojma, bina y daat se revisten en las sefirot jesed, gevura y tiferet, y cuanto más completo sea ese proceso, cuanto mayor aceptación y acuerdo exista entre las sefirot, más notoria será la influencia de las sefirot jojma, bina y daat. Más arriba señalamos que el Poder Directivo de las sefirot jojma, bina y daat es el más elevado, porque las raíces que salen de ellas son las más prominentes cuantitativa y cualitativamente. Por eso cuando percibimos un alto grado de iluminación y de elevada intensidad ejercida por las sefirot jojma, bina y daat en jesed, gevura y tiferet, el Poder Directivo de jesed, gevura y tiferet será de mayor calidad y poder.

En otras palabras cuando las sefirot jojma, bina y daat resplandecen en las de jesed, gevura y tiferet con gran intensidad, aumentara el grado de bondad que surja de jesed, gevura y tiferet; y cuando jojma, bina y daat quitan su fuerza de jesed, gevura y tiferet, el resplandor de bondad que salga de jesed, gevura y tiferet decrecerá. La transición del Poder Directivo a la providencia Hemos definido a las sefirot jesed, gevura y tiferet como lo principal del Poder Directivo, y a las sefirot jojma, bina y daat como su guía. La sefira de maljut es la ejecución misma de la acción. Tomando el caso del hombre, vemos que no le es suficiente pensar con el cerebro y sentir con el corazón, sino que requiere de una fuerza adicional para lograr llevar las decisiones mentales al plano de la acción. Lo mismo sucede al nivel de las raíces espirituales. Las sefirot netzaj, hod y iesod tienen la cualidad de traspasar lo que se encuentra en jesed, gevura y tiferet a maljut, y así echar las raíces de dichas fuerzas. Ahora podemos dividir las sefirot desde un nuevo punto de vista: las sefirot del Poder Directivo y las sefirot de la providencia.

Las sefirot del Poder Directivo son nueve, y se dividen asi: jesed, gevura y tifiret – el Poder Directivo principal; jojma, bina y daat- la guía del Poder Directivo, y netzaj, hod y iesod – la transición del Poder Directivo a la providencia. La sefira de maljut es la providencia en sí. Cada sefira está compuesta por diez sefirot Hasta aquí, cuando nos referimos a las diez sefirot, causamos la impresión de que cada sefira obra de acuerdo a su definición. Por ejemplo, la sefira de jesed actúa única y exclusivamente con bondad y la sefira de gevura, solo con valentía. Más esto no es así ya que cada sefira está compuesta a su vez de diez sefirot.
La sefira de jesed está compuesta por Keter de jesed, jojma de jesed, bina de jesed, jesed de jesed, gevura de jesed, tiferet de jesed, netzaj de jesed, hod de jesed, iesod de jesed y maljut de jesed. Esto ocurre en todas las sefirot, y de hecho, estamos hablando de un sinfín de sefirot, ya que cada una de estas subdivisiones, a su vez, esta subdividida en otras diez. Se puede considerar a la Emanación de las sefirot como una saliendo de la anterior. De acuerdo a esto, a la primera es la de las diez sefirot del MUNDO DE LA EMANACION, y de cada una de ellas se desprende un sinfín de sefirot.

Cada sefira que surge de la anterior es un pode espiritual, expansión de la divina voluntad, que recibe su fuerza y su vitalidad de la causa que la genero. Visto desde otra perspectiva, cada sefira se torna causa y raíz de una realidad material, o como lo definimos anteriormente, cada sefira se convierte en la forma de una determinada materia. Así la suma de todas las distintas versiones de las sefirot conforman el total de formas de la realidad material. La sefira de jesed del MUNDO DE LA EMANACION es la . En la segunda aparece jesed de jesed o gevura de jesed, y en la tercera gevura de jesed de jesed, o la gevura de la gevura de jesed, y así sucesivamente. En cada versión la iluminación es más específica, es decir, se adapta más exactamente a una realidad específica. Y así como no existe una iluminación similar a otra, tampoco existe una realidad material idéntica a otra.

Así, y tal lo aprendió, el MUNDO DE LAS EMANACION es el pensamiento de la creación, y las diez sefirot del MUNDO DE LA EMANACION incluyen en sí todas las raíces espirituales de todo lo que acontece en sus más ínfimos detalles. Por ejemplo, la sefira de jesed del MUNDO DE LA EMANACIÓN, incluye todas las raíces de todos los acontecimientos y las acciones que sustraen su fuerza de la sefira de jesed. Lo mismo sucede con el resto de las sefirot.
Toda realidad está compuesta por las diez sefirot

Mencionamos anteriormente que toda realidad se conforma y está regida por las diez sefirot. De hecho, cuando dos realidades se distinguen entre sí, lo que realmente sucede es que las diez sefirot que las componen se diferencian. En otros términos, la existencia y supervivencia de cada creación proviene del poder del Infinito —Ein sof— que actúa en ella. Cada unidad de esta fuerza actuante se compone por diez sefirot, ni más ni menos. Lo que ocurre es que la criatura de menor nivel tiene menor capacidad de recepción, y en esto reside la diferencia entre los seres creados. Ya que toda sefira está compuesta por diez sefirot, es como si tuviésemos diversas «versiones», cada una ellas de menor magnitud e importancia que la versión que la originó, siguiendo el principio del desarrollo gradual. Recordemos que cada fuerza actuante es, de hecho, una unidad compuesta por las diez sefirot.

Con esto se explica el tema de los infinitos niveles de la fuerza actuante, los cuales se adaptan a cada realidad de acuerdo a su nivel. Las acciones humanas provocan el despertar de las sefirot Al igual que las ciencias naturales hablan de la ley de conservación de la materia y la energía, la Cábala se refiere a la «la ley de la conservación de las fuerzas espirituales» o «la ley de la conservación de la obra del Creador». Todo lo que hacemos, hablamos o pensamos, trae aparejada una reacción en los mundos superiores, es decir, en la raíz de todas las cosas. Como ya lo mencionamos, El Creador quiso que su divina Presencia habitara entre los seres por Él creados para preservarlos y cuidar sus actos. La Presencia divina es la sefira de maljut.
Además, toda persona posee un alma que es una «representante divina» situada en su interior, de modo que todo lo que hace está permanentemente conectado con su alma. 

Cuando decimos que la sefira de maljut «capta» o «percibe» por un lado el servicio a Hashem que el hombre realiza y, por el otro, sus malas acciones, nos referimos a que la sefira de maljut está ligada al alma de esta persona. Así una esencia espiritual (la sefira de maljut) se conecta con otra esencia espiritual (el alma). Ya que el origen de todas nuestras acciones, palabras y pensamientos se encuentra en nuestra alma, la sefira de maljut percibe la esencia de todo lo que hacemos, decimos o pensamos. El rol de la sefira de maljut es recibir y transmitir a las sefirot.

La conexión entre la sefirá de maljut con la de iesod es en dos direcciones. Maljut recibe de iesod y traspasa a los seres creados, y a su vez recibe de estos y transmite a iesod. La sefirá de iesod transmite lo que recibe de maljut en dirección a las alturas espirituales, hasta alcanzar la raíz misma de cada acción. Cuando decimos que la sefirá de iesod transmite lo que recibió de la sefirá de maljut a las sefirot superiores, estamos implicando que se establece una especie de debate entre las sefirot de netzaj, hod y iesod para resolver si la esencia espiritual recibida de maljut es digna de pasar a un nivel más elevado. Una resolución positiva señala que existió un acuerdo entre las sefirot, y que consideran que la raíz espiritual del servicio a Hashem es sublime y merece ascender.

Cuanta mayor devoción y entrega exista en el cumplimiento de un precepto, aunque el mismo haya sido un acto físico realizado por el cuerpo, la raíz espiritual de dicha acción será más sublime y excelsa. Así como todo acto material trae aparejado alguna consecuencia, lo mismo sucede en el plano espiritual. Es así como el servicio a Hashem a través de los preceptos de la Torá provoca la corrección del alma y del mundo individual de la persona y repercute sobre todo el resto de almas. Éste es nuestro anhelo por el que bregamos: corregir al mundo bajo el Reinado divino. Éste es el propósito de toda la creación. La sabiduría cabalística define y explica los procesos de esta preservarlos corrección. Específica cuáles son las fuerzas espirituales que operan para corregir el mundo, y qué correcciones en cadena se provocan. Más aún, explica cuáles son los daños producidos por las transgresiones humanas y qué debe hacer el hombre para remediarlo.

El despertar inferior es equivalente al despertar superior El nivel más bajo es el de netzaj, hod y iesod, y es cuando un hombre cumple los preceptos como si estuvieran forzándolo. Aunque en la práctica realiza lo debido, lo hace sólo cediendo ante presiones del medio. Cuando decimos que la sefira de maljut «recibe» el servicio al Creador y lo eleva, debemos discernir si se trata de un servicio de jojmá, biná y daat, jesed, gevurá y tiferet o netzaj, hod y iesod. El cumplimiento de los preceptos de acuerdo a las presiones sociales corresponde al nivel de netzaj, hod y iesod, y por eso la raíz superior de dicho servicio es de un nivel inferior.
Por otra parte, cuando un hombre cumple con un precepto a nivel de jesed, gevurá y tiferet, con emoción y entusiasmo, la raíz espiritual de dicha acción es más elevada. El nivel es superior aun cuando un hombre cumple con los preceptos Divinos al nivel de jojmá, biná y daat. El despertar de los mundos superiores, o sea, de las sefirot, está en función directa a la calidad del servicio a Hashem, y la abundancia material y espiritual que llega a cada individuo depende de la excelencia de su servicio.
El servicio al creador con entrega absoluta


El mayor nivel de servicio a Hashem es el realizado a través de la entrega absoluta —mesírut nefesh. Este tipo de accionar se halla más allá del intelecto. Es más, si esta persona lo consultara con su razón tal vez ésta le sugeriría no hacerlo. Pero hay un impulso especial de Santidad que no puede someterse a la lógica intelectual. Si el cumplimiento racional de los preceptos corresponde al nivel de jojmá, biná y daat, el cumplimiento por entrega absoluta se identifica con el nivel de la sefirá más elevada, el Keter. Así como el cumplimiento de los preceptos al nivel de jesed, gevurá y tiferet despierta a las sefirot para influenciar a la altura de jesed, gevurá y tiferet (y lo mismo en el caso de jojmá, biná y daat y netzaj, hod y iesod), así también cuando el hombre sirve a su Creador con entrega absoluta despierta a las sefirot para influenciar a un altísimo nivel: el de Keter. Cuando se despierta en Keter la voluntad de influir, llega una abundancia «sin fin». Éste es el nivel más elevado en el servicio al Creador.

Aryeh Kaplan

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