sábado, 16 de septiembre de 2017

La Tav (El poder del Alef-Bet)



EL COSMOS ERA VASTO Y ESTABA VACÍO, UN INFINITO SILENCIO de luz, pensamiento y conciencia, pero vacío de materia. El "Big Bang" fue un acontecimiento que debería haberse llamado el futuro distante, según la concepción humana del tiempo, y el hombre hubiese estado presente para especular al respecto. Ni siquiera el polvo de Adán se encontraba presente en aquel entonces. Sin embargo, el hombre y el universo —embriones cósmicos en la mente del Eterno— estaban a punto de nacer en ese vacío imponente, y una, solamente una de las veintidós letras vivientes de su amado Alef Bet, sería el canal de la creación. 

Antes del principio, sólo existía el infinito. Todo estaba equilibrado, de manera simple y sencilla, en una sola imagen medida únicamente por las energías que viajan a través de los hoyos obscuros en los recesos más profundos del Infinito. Allí, en los pensamientos cósmicos de Bina, Tiféret y Maljút, las letras marcaban el tiempo del universo; las estrellas se desintegraban, las supernovas viajaban velozmente a través del vacío inmenso; unas inteligencias se formaban mientras otras morían. Ansiosas de ser escogidas, una por una, en orden inverso de surgimiento, las letras-energías se presentarían ante Él para abogar por sus méritos y cualidades. 

La Tav cósmica, última letra del Alef Bet, ensayó cuidadosamente la súplica que ella (las letras hebreas son femeninas) utilizaría al presentarse ante la Fuerza. "Soberano del mundo", le diría, "que sea complaciente en Tu vista crear al mundo conmigo, porque yo termino Tu sello, que es Emet; es decir, debido a que yo soy la última letra de la palabra Emet, Tu nombre. Tú Te llamas Emet (la Verdad). Y puesto que tu nombre es Emet, es imposible ser afín a Tí al menos que se haya adquirido el atributo de la verdad. Es apropiado entonces, que el Rey comience la creación con la letra Tav, la cual termina la palabra Emet, porque yo tengo la habilidad de apegarme a Tí". La esencia espiritual del Alef Bet hebreo emana de los reinos más elevados de las Sefirót. 

El Alef Bet no solamente está poseído de la Gloria del Creador, sino que también está sellado con la Impresión de Su Firma, que es la Verdad. ¿A quién está cercano el Altísimo? Esta pregunta es propuesta en el Zóhar de acuerdo con las palabras, "Hashem está cerca de todos aquellos que Le llaman". La respuesta es: "A todos aquellos que de verdad Me llaman". El Zóhar pregunta: "¿Existe acaso alguien que llamaría falsamente?". El Rabí Aba dijo: "Sí. Es aquel que llama y no sabe a Quién llama". El Zóhar hace otra pregunta: "¿Cuál es el significado de la palabra Emet?"
La respuesta es: "Es el sello del anillo del Rey, que es la perfección del todo". 

La Tav entonces continuaría: "Debido a que me encuentro en el punto terminante y no permito que la maldad (las klipót) se acerque para recibir sustento de la Fuerza, hay una fuerte justificación para que el mundo sea creado a través de mí. Porque mi energía permitirá al hombre distinguir entre la Estrella de la Muerte y la Estrella de David. Así se asegurará que el hombre logre su último grado de perfección, Guemar Hatikun". La Fuerza que todo lo abarca, conocida como Kedushá, suministra la Estrella de la Muerte (sitrá ajará) —también conocida como el lado opuesto— con su sustento vital. 

Se necesita una medida de energía precisa y diminuta para sostener y mantener el concepto del libre albedrío dentro del universo. Sin ella ocurriría el fin de la maldad. Y la maldad, como sabe el estudiante de la Cabala, es una necesidad, puesto que sin ella, el universo regresaría a su condición anterior que no permitía descanso de la carga del Pan de la Vergüenza. Que la Fuerza retiene su supremacía sobre la Estrella de la Muerte, es revelado por el salmista, al afirmar que "el reino del Eterno tiene dominio sobre todo". La fuerza de energía unificada prevalece aún en los lugares más remotos y recónditos de la Estrella de la Muerte. En cualquier momento, sin embargo, se podría terminar este compartir del sustento. El problema que enfrenta la humanidad es que somos nosotros mismos quienes proporcionamos el sustento a la Estrella de la Muerte. En aquellas personas cuyo proceso de corrección del alma (tikún) se haya completado, ya no necesita continuarse la existencia de la maldad (Klipót) y, entonces, cesa el sustento de la maldad así como cesa la necesidad del libre albedrío. 

En Proverbios se describe este compartir de la energía de vida dadora con la Estrella de la Muerte por parte de la Tav, de la siguiente manera: "Sus pies descienden hasta la muerte".
La fuente de alimentación para la Estrella de la Muerte se simboliza por el pie de la letra Kuf. De todas las veintidós letras cósmicas, la Kuf es la única vasija que se extiende hacia abajo y más allá de las líneas donde descansan las demás letras. Esta extensión de la Kuf fue estructurada para indicar que una cantidad mínima de la energía unificada que todo abarca, se extiende por debajo del nivel cósmico permisible que se indica por la línea a la profundidad misma de la conciencia galáctica. 

La Tav también se sintió capaz de extenderse por debajo de la línea hacia el reino negativo, pero esto —como pronto aprenderemos— no se realizaría. La raíz de la falsedad se encuentra en la firma de la serpiente. La serpiente falsificó la firma de la Tav y persuadió a Adán para que pecara al comer del Árbol del Conocimiento del Bien y del Mal. La serpiente, hablando falsamente sobre el Adón del Universo, concerniente al Árbol del Conocimiento, causó que Adán pecara. Y como la víbora es la raíz de la falsedad, su maldición fue no tener pies. Se dice que la víbora tenía piernas en el Jardín del Edén, antes de que Adán y Eva pecaran por comer la manzana. Pero la víbora, al falsificar la firma de la Tav, se condenó a sí misma a una vida sin ellas. Porque cuando el Creador supo de esta decepción, decretó que desaparecieran las piernas de la víbora. Nuestras expresiones modernas tales como la idea de "no poder pararse solo" recuerdan el estado de impotencia que sería el destino eterno de la víbora engañosa. 

Así es que aquello que no tiene su base en la verdad se condena a "no ir a ningún lado", para decirlo así. La letra Tav termina la palabra Mavet (muerte). Entonces, se dice que Tav es el sello de Mavet. Debido al poder de la Tav, la muerte cobró existencia. Así, la Tav también se conoce como la inteligencia finalizante. El hombre se sujeta a la muerte porque la serpiente falsificó la firma de Tav e hizo que Adán Harishon (el primer hombre) pecara al comer del Árbol del Conocimiento del Bien y del Mal. Aleteando las orillas de la conciencia cósmica, la Estrella de la Muerte se mantenía en órbita estacionaria, saboreando su escaso botín. De vez en cuando recibía su parte de sustento. La base inferior de la letra Kuf, extendiéndose más allá de la frontera de la conciencia cósmica, era la línea de sustento vital para la Estrella de la Muerte, la estación de batalla del mal, la cual sabía que nunca podría penetrar el escudo de seguridad que la letra Tav mantenía alrededor de la base inferior de la Kuf. 

Sin embargo, la Estrella de la Muerte estaba segura de que las letras-energías, tarde o temprano, tendrían una falla de seguridad. Las letras estaban destinadas a participar en el proceso de la creación, lo cual significaba que —a lo largo— una de ellas tendría que descender más allá de la línea de la conciencia galáctica y entrar al dominio de la Estrella de la Muerte. Y, entonces, fue así que durante dos mil años la Estrella de la Muerte esperó, observando pacientemente, lista para tomar las riendas del control en cualquier momento. La Tav estaba en la posición más lejana de la conciencia galáctica. Su escudo protegía a la galaxia entera. Cualquier cosa que hiciera contacto con él sería destruida. Maljut cósmico se encontraba en el área periférica para proteger a la galaxia infinita. La Kuf, situada encima y antecediendo a la Resh, la Shin y la Tav, se hallaba todavía más lejos. La Kuf era vulnerable a la Estrella de la Muerte, razón por la cual se necesitaban sus tres compañeras cósmicas para su protección. Tav, el sello del anillo del Rey, era la perfección de todas las estrellas de letras cósmicas. 

Ella era el Sello de la Verdad, la protectora de la Conciencia Galáctica, impenetrable, como ella lo pensaba. Pero cuando la Tav se acercó al Eterno, su pie izquierdo empezó a ser atraído hacia abajo de la línea. El pensamiento de la Tav de que ella sería el canal en el proceso de la creación, era todo lo que necesitaba la Estrella de la Muerte. Y cuando la Tav se presentó y dijo: "Señor del Universo, que sea complaciente ante Tí crear el mundo conmigo", ella hizo contacto con el lado obscuro y fue inmediatamente capturada por la Estrella de la Muerte. Como un escorpión mortífero la Estrella de la Muerte capturó la base inferior izquierda de la Tav, que era la estación de batalla cósmica negativa de la Tav, y la jaló hacia la obscuridad. Distante de la batalla, segura en el centro del imperio de la obscuridad, viajaba la nave principal del Amo de la Maldad. Su imperio sería ahora extendido enormemente, al añadir las chispas capturadas después del rompimiento de las vasijas primordiales. 

El Creador miró incrédulo y pasmado mientras la Tav se perdía de vista, envuelta en el espacio obscuro. La Tav era el general de su flotilla. Potencialmente, poseía la energía inteligente negativa rígida de juicio para sobreponerse a la Estrella de la Muerte. Pero en el momento que entró al espacio del imperio de la obscuridad, cayó bajo la influencia de la fuerza del lado obscuro y ahí su poder fue peligrosamente disminuido. Reconociendo el desastre inminente, el Eterno del Universo intervino y enrolló la pie izquierdo de la Tav para que terminara al nivel de la línea de la Conciencia Galáctica. 

Así, aquella porción que había sido atraída hacia el imperio de la obscuridad, se unió nuevamente al miembro mismo. Esa es la razón por la cual la base inferior izquierda de la Tav es gruesa y ancha. Por consecuencia, el escudo de seguridad dobló su capacidad en el punto terminante de la Tav y fue devuelto a su nivel anterior el sustento del Amo de la Maldad por la Tav cósmica. De esta manera, el lado de la obscuridad tendría que conformarse, otra vez, con aquella parte suministrada por la base inferior de la Kuf. 

Cuando la batalla terminó, la Fuerza le habló a la Tav así: "Tú eres bella y recta, Tav. Sin embargo, como te falta el requisito necesario, el mundo no puede ser creado contigo. Puesto que estás destinada a servir como señal de vida sobre las frentes de los fieles que cumplen con la Tora desde la Alef hasta la Tav, tu señal también designará la muerte para aquellos que fallan en su labor. Debido a tu inteligencia finalizante, quien no ha logrado cumplir la Tora, de la Alef a la Tav, tendrá que perecer. Porque también es tuyo el sello de la muerte". El Eterno continuó: "Mi amada y fiel Tav, tú eres, ciertamente, el sello de mi reino. Sin embargo, aún los más rectos deben sufrir a tus instancias. Tus juicios severos les causa el castigo, no solamente por sus propias fallas, sino también por haber fallado en alejar a otros del mal camino". Entonces, sería imposible que el mundo sobreviviera a través de tí, Tav, por la naturaleza concluyente y sin perdón de sus juicios". 

El Eterno consideró no apta a la Tav para ser utilizada en la creación del mundo porque, potencialmente, poseía juicios demasiado rígidos para que el mundo pudiera sobrevivir. Aún ahora los Tzadikim Guemurim (totalmente rectos), o sea aquellos que han merecido el Sello y han cumplido la Tora de la Alef a la Tav, aún son castigados por el Din (juicios) severo de la Tav. 
Habiendo comprendido por qué no podía ser un canal adecuado para el proceso de la creación, la Tav se alejó de la presencia de la Fuerza.

Rabino Dr. Philip S. Berg

No hay comentarios:

Publicar un comentario