miércoles, 18 de octubre de 2017

DE LAS PALABRAS KARAB, NAGA Y NAGACH, "ACERCARSE", "TOCAR"


Estas tres palabras significan acercarse en el espacio o ponerse en contacto; otras veces indican el contacto del conocimiento humano con un objeto, en cuanto ello se asemeja al acercamiento físico de los cuerpos. 

Cuando quiera que en los escritos proféticos se emplea una palabra que indique acercamiento o toque, para describir alguna relación entre el Todopoderoso y cualesquiera de las criaturas, debe entenderse en el último sentido, de contacto mental. Pues, como se demostrará en este tratado (Libro II, Cap. IV), el Supremo es incorpóreo, y, consecuentemente, no puede aplicársele ninguna idea de acercamiento, comunicación, distancia, conjunción, separación, contacto o proximidad. 

No deben inspirar ninguna duda al respecto los versículos "el Adón está cerca" (PS. CXLV, 18); "y ellos se gozaron en la proximidad de Hashem" (ISA. LVIII, 2); pues tales expresiones encierran la idea de un acercamiento espiritual, esto es, del logro de algún conocimiento, y no de aproximación en el espacio. 
La persona que estuviere en el centro de la tierra y la que se remontara hasta lo más alto de la novena esfera, si ello fuere posible, no estarían más cerca ni más lejos de Hashem en un caso que, en el otro. Sólo se acercan a Hashem los que llegan a conocerle, y los que le ignoran permanecen apartados de Él. 

Hay muchos grados en este acercamiento hacia arriba y hacia abajo, como explicaré más tarde en otro capítulo de este Tratado, (Libro 1, Cap. LX y Libro II, Cap. XXXVI), que constituyen diferentes modos de percibir a Hashem.

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