miércoles, 26 de julio de 2017

Extracto del Bereshit (1:1-14) Con comentarios y notas de Mordejai Edery



CAPÍTULO 1

PARASHÁH: BERESHIT 

1. En el comienzo creó Elohim los cielos y la tierra.
2. Empero, la tierra estaba informe y desordenada, las tinieblas sobre la faz del abismo y el viento de Elohim soplaba por sobre las aguas.
3. Dijo Elohim: Haya luz; y hubo luz.
4. Vió Elohim que la luz era buena y estableció distinción entre la luz y entre las tinieblas.
5. Llamó Elohim a la luz: día y a las tinieblas llamó: noche. Acaeció la tarde y le sucedió la mañana: Día uno.
6. Dijo Elohim: Haya firmamento en medio de las aguas para que separe entre aguas y aguas.
7. Hizo Elohim el firmamento y separó entre las aguas que había debajo del firmamento y entre las aguas que había por encima del firmamento. Y fue así.
8. Llamó Elohim al firmamento: cielos. Acaeció la tarde y le sucedió la mañana: Día Segundo.
9. Dijo Elohím: Que se reúnan las aguas que están debajo de los cielos en un solo lugar y que aparezca la tierra seca. Y fue así.
10. Llamó Elohim a la tierra seca: Tierra y a la reunión de las aguas llamó:
Mares. Y vió Elohim que era bueno.
11. Dijo Elohim: Germine la tierra vegetación: plantas portadoras de simiente, árboles frutales generadores de frutos según su especie y que perpetúan su simiente sobre la tierra. Y fue así.
12. Y produjo la tierra vegetación: Plantas portadoras de simiente según su especie y árboles generadores de frutos que perpetúan su simiente según su
especie. Y vió Elohim que era bueno. 13. Acaeció la tarde y le sucedió la mañana: Día tercero.
14. Dijo Elohim: Haya luminares en la extensión de los cielos para distinguir entre el día y la noche y que sirvan como señales para ciclos del tiempo, para días, para años.
15. Servirán como luminares en la extensión de los cielos para lucir sobre la
tierra. Y fue así.

1 “EN EL COMIENZO...” Son varias las posiciones de nuestros exégetas con respecto a la palabra hebrea Bereshit.

Abarbanel en su comentario a la Toráh dice textualmente: “’Falta la palabra Tiempo y es como si el texto hubiera dicho: “En el comienzo del tiempo creó Elohim los cielos y la tierra’”. Sigue comentando Abarbanel: “Te hice ver con tus propios ojos (al lector) comentarios distintos que pueden derivar del uso de la palabra Bereshit, todos claros para el que comprende y rectos para los que encuentran conocimiento en la comprensión literal del texto y ojalá pudiera saber cuál ha sido la intención del Maestro (Maimónides) en su comentario”.

Con estas palabras Abarbanel despliega ante nosotros con sorprendente modestia intelectual su respeto a las varias y variadas posturas interpretativas, al mismo tiempo que se declara casi imposibilitado para comprender la posición de Maimónides al respecto.
(Véase “Guía de los Perplejos”. Parte 2 Cap. XXX) Sin embargo el traductor de la Toráh al arameo Onkelos, en el Targum, sugiere, en su versión, que la palabra Bereshit debería ser entendida como: “Antes de todas las cosas que fueron creadas creó Elohim los cielos y la tierra.”

El exégeta Rabbenu Hovadiáh Seforno dice comentando la palabra “Bereshit”: “Al comienzo del tiempo, que es el instante primero, indivisible, al cual no le ha precedido tiempo alguno”.

El autor de Karné-Or comentando a su vez a Ibn Hezra dice:
“El tiempo comenzó a existir solamente con el movimiento ya que el movimiento y el tiempo son simultáneos...y el tiempo que existió antes de cumplirse “un día” el primero de la creación, eran meros instantes y momentos o sea el tiempo no mensurado pero existente de momento que hay creación, devenir.”

Esta variedad de posiciones nos recuerda la parábola de los sabios del Talmud en cuanto a exégesis se refiere: “Ciertamente así es Mi palabra como el fuego, dice Adonai y cual martillo que hace añicos a la roca” (Jer. 23:29) “Así como por el golpe del martillo sobre la roca salen varias chispas del mismo lugar, así un solo versículo puede ser interpretado en formas distintas” (T.B. Sanhedrin 34:A)

“...CREÓ...” El verbo Baró - crear en nuestra versión - tiene tres acepciones en el idioma hebreo de acuerdo al Diccionario Gramático de Rabí David Kimhi (Radak).

A) Creación atribuída en el Tanaj exclusivamente a la creación por Hashem, o sea la creación ex-Nihilo, a partir de la nada. En hebreo Iesh-Meain

B) Albedrío y elección

C) Talar y destruir

Por eso dice Abarbanel: “Yo digo que el verbo Baró debe tomarse aquí de acuerdo a la acepción primera, es decir la existencia y la creación a partir de la nada y no hay que aceptar otro significado para este verbo.

El mismo criterio semántico había ya adoptado Maimónides en el siglo XII respecto al verbo “Baró”.

De aquí deriva el atributo de Hashem acuñado por los sabios de la Tradición Oral “Ha-Boré - Itbaraj”, El Creador que sea Bendecido.”

(Véase: los trece principios de la fé judaica, enunciados por Maimónides)

“...ELOHIM...” Nos hemos abstenido de verter al castellano la palabra Elohim reteniendo la pronunciación fonética del concepto Elohim. Los sabios del Talmud incluyen el nombre Elohim dentro de los Shivhah Shemot (Siete Nombres). 

Según éstos, Elohim es Midat-Ha-Dín: el atributo de Hashem  que hace y pide justicia y juicio.

Abarbanel, en un extenso comentario, llama nuestra atención acerca del hecho de que el nombre Elohim en su grafía hebraica contiene las letras “iod” y “he”, o sea dos de las letras del tetragrama:

Y-H-W-H. Lo mismo ocurre con el nombre Elohim en sus variadas formas: Eloha - Elohai - Elohenu - Elohe, entre otras. Por otra parte nos recuerda Abarbanel que en la Totah en particular y en el Tanaj en general el nombre Elohim es usado también para aquellos seres celestiales, emisarios de Hashem  que son llamados también Elohim por estar al servicio de Elohim; así como a las cortes que imparten justicia de acuerdo a la Toráh de Elohim. “... Ya que el juicio pertenece a Elohim...” (Deuteronomio 1:17)

Rambán entiende que este nombre de Hashem  deriva de la palabra “El” - que significa en hebreo bíblico: fuerza. Por lo tanto Elohim denota la plenitud de la fuerza de “El”, Omnipotente. 
En cuanto a la forma en apariencia plural de Elohim no es más que un plural majestático concebido por el hombre y debido a las múltiples e ilimitadas manifestaciones de Hashem  tal como lo capta la mente humana. (Ibn-Hezra).

“...LOS CIELOS Y LA TIERRA...” Con estos términos la Toráh se está refiriendo al universo. Cabe destacar que en hebreo bíblico - con alguna que otra excepción - casi siempre el término “Olam” es más un concepto de tiempo que de espacio.  Por eso el concepto “Olam” como mundo y universo, que es de aparición tardía en el lenguaje hebraico, no aparece aquí. 
En cambio aparecen los términos “Los cielos y la tierra” que sin lugar a dudas implican la creación del espacio en su forma más ilimitada.

La forma plural de “Shamaim” 
(cielos) se debe,según el comentarista Seforno, a la visión equidistante que ha tenido el ser humano desde la primera vez que ha elevado sus ojos hacia los cielos desde cualquier punto del planeta, por el hecho de circundar los mismos al globo terráqueo. Según ‘el comentarista Rashí la palabra ¨Shamaim¨ sería, (basándose en el Midrash) una contracción de la palabras (fuego) y  “Maim” (aguas).

Por último, la forma plural de la palabra “Shamaim” condiciona a los verbos que la suceden, como vemos por ejemplo en: I Reyes 8:27 y Salmos 148:4

2  “EMPERO LA TIERRA...” Es importante destacar que la letra “Ve” generalmente entendida y comprendida como conjunción copulativa, desde el punto de vista gramatical, no guarda esa función en este caso. Ibn Hezra
sugiere que su valor en este versículo es el equivalente al valor de la palabra ¨Fᨠen árabe, que quiere decir “cuando” (adverbio) - la tierra - descartando con ello la posibilidad de que la tierra ya estaba desde tiempos inmemoriales; mientras que el significado según Ibn Hezra es que estamos frente a la primera fase de la creación: cuando la tierra creada desde la nada se encontraba en su primera fase de Tohu Va-Bohu.
Hemos optado por la traducción: “Empero la tierra”, ya que estamos, a nuestro entender, frente a lo que se llama en hebreo “Vav Hanigud” es decir, que, por oposición al versículo anterior que habla de la creación de los cielos y la tierra, el texto quiere retrotraemos a la fase primaria del estado de la tierra al ser creada por Elohim.

“...INFORME Y DESORDENADA...” Los términos “Tohu Va-Bohu” han sido objeto de variados comentarios. Para nuestra versión castellana hemos tenido en cuenta, en especial, la idea mencionada por Rambán. De acuerdo a él  “Tohu” es la materia sin forma llamada por los griegos antiguos “Huly”, mientras que “Bohu” es la materia que ya ha adquirido forma primaria, aun desordenada y todavía lejana de su forma definitiva.

El término “Tohu” figura en el Tanaj en distintas oportunidades con el significado de algo incompleto y de naturaleza no terminada; mientras que el término  “Bohu”, aparece por separado solamente una vez, amén de la que estamos tratando, en Isaías 34:11, cuyo significado parece ser: piedras de forma primaria...

Esto reforzaría la opinión de Rambán al respecto, recogida por nosotros. 
Las posiciones de Ibn Hezra y Abarbanel difieren poco de la opinión de Rambán al respecto.

Y así veremos que en los próximos versículos, por mandato de su Creador, irán entrando en su etapa de ordenamiento hasta culminar en el día sexto con la conclusión de la obra de la creación, cosa que dará significado al Shabbat, día de coronación de toda la obra de Hashem.

VIENTO DE ELOHIM...” 
Los principales exégetas están profundamente divididos en cuanto a este concepto, desde el Targum de Onkelos, Ionatán Ben Huziel pasando por Ibn Hezra, Rashí, Rambán y Abarbanel, entre otros.

Para Ibn Hezra y Rambán, “Ruah Elohim” es el viento enviado por Elohim que soplaba sobre las aguas. Mientras que para Rashí es el mismo Trono Divino y Su Espíritu. Así lo ha entendido también el comentarista Abarbanel que refuta respetuosamente pero con mucha energía el concepto de Maimónides al respecto.

Así vemos que Abarbanel dice, después de analizar las palabras de
Maimónides (Guía de los Perplejos, Parte I Cap. XL): “Me parece que el Maestro en esta ocasión ha transgredido la ley de “no agregar ni disminuir”, ya que él no ha citado la verdad de los versículos, por una parte y omitiendo otros, por la otra”.

Además, retrotrayéndonos en el tiempo. Onkelos traduce literalmente: “Que el viento de ante Adonai soplaba sobre la faz de las aguas”, mientras que el otro traductor de la Toráh al arameo, Ionatán Ben Huziell traduce literalmente: “El espíritu de misericordia de ante Adonai soplaba sobre la faz de la aguas”. En nuestra versión hemos optado por tener en cuenta la opinión de Ibn Hezra y Rambán.

3 “DIJO ELOHIM...” Es imposible entender el verbo “Amor”  - decir -, cuando proviene de Elohim en su acepción simple, común. El hombre no puede definir cómo es la palabra de Hashem, pero sí puede percibir la misma y entenderla. Así vamos a encontrar en el Tratado de Principios Cap. V, Mishnáh 1, el texto que dice: “Bahasarah Maamarot nibrá haholam o sea que el mundo ha sido creado mediante diez locuciones del Verbo Divino.

Por otra parte está la conocida oración de: “Baruj sheamar vehaiáh Ha holam “Bendito sea El, que con Su Verbo el mundo se hizo.” Ninguna traducción puede definir lo que es Verbo Divino o locución del Verbo Divino, por eso recurrimos a algunos exégetas con el afán de aclarar algo este concepto. Así dice Maimónides (Guía de los Perplejos Parte 1 CAP. 65): “Cada vez que figura el verbo “ Vaiomer” - y dijo - en el relato de la creación debe ser entendido como la manifestación de la Voluntad y Deseo de Hashem y no como “palabra” literalmente, porque no puede haber “palabra” imperativa si no hay quien la reciba.”

Por otra parte el autor del libro :‘Kamé-Or¨ que es un comentario al exégeta Ibn-Hezra dice: 
“Esto es un principio fundamental en lo que a la profecía se refiere, porque si hubiere un profeta de habla hebrea, le sobrevendría la profecía en lengua hebrea y si sería de habla extranjera, le sobrevendría la profecía en lengua extranjera, ya que arriba (en los cielos) no hay palabras ni lenguaje, pero los profetas perciben el mensaje Divino y ellos ponen sus palabras o captan con su espíritu que Hashem habla con ellos en determinado idioma. Y tú, lector, entiende esto bien, pues es un principio de valor
fundamental.”

“...HAYA LUZ...” Abarbanel entiende que esta luz no era la luz que procede de los luminares ya que los mismos no fueron creados hasta el día cuarto, entonces se trataría de una luz creada para un tiempo determinado, nada más... Por eso no se dice al respecto  - Y fue así - como figura en el resto de la creación, ya que, “y fue así” indica la existencia permanente de las cosas. Podríamos encontrar un eco de esta luz como creación singular en Isaías 30:26 “Y será la luz de la luna como la luz del sol y la luz del sol será siete veces más luminosa, como la luz de los siete días... Rashí haciéndose eco del Talmud (Tratado Haguigáh 12) dice que se trata de una luz que Hashem ha ocultado y la reserva para los justos de los tiempos que vendrán.

4 “VIO ELOHIM ... Y ESTABLECIÓ DISTINCIÓN...” 
El significado de este versículo es que el Creador vio que la luz era buena para medir con ella los días, ya que cuando las cosas están sumidas permanentemente en la oscuridad no se puede medir el tiempo como tampoco se lo puede medir cuando la luz es permanente. 
Él tuvo que establecer distinción entre luz y tinieblas, limitándola. Y así se conoce y se sabe debidamente que la luz es el tiempo del día y la noche es el tiempo de la ausencia de esa luz...

Dice el versículo: “Estableció Elohim distinción entre la luz y entre la tinieblas” y no dice que separó Elohim la luz de la oscuridad, sino entre la luz y entre la oscuridad, lo que indica que la misma luz tiene diferencias, matices e intensidades y lo mismo ocurre con la oscuridad y esto es manifestado en el versículo que dice: “Acaeció la tarde y le sucedió la mañana...” “Y ya he mencionado que no era ésta una separación material...., sino que aquella luz, por el Verbo Divino se expandía y existía, o, al revés, se recogía y faltaba del espacio donde estaba” (Abarbanel).

5 “ACAECIÓ LA TARDE Y LE SUCEDIÓ LA MAÑANA...” No dice el versículo:
“Fue la noche y fue el día” sino “Acaeció la tarde”, lo que quiere decir que oscureció el primer día de la creación y se sumergió la luz, mientras que la mañana quiere decir, la mañana que le sucede a la noche anterior, o sea que despuntó el alba. Y así fue completado el primero de los seis días de la creación...

El versículo no viene a informarnos que la tarde y la mañana son un solo día, sino que señala que amaneció el día y se disipó la noche y por lo tanto terminó un día y empezó el día segundo.” (Rashbam)

No obstante este comentario de Rashbam, la tradición bíblica insiste en que las celebraciones del calendario religioso hebraico den comienzo al atardecer de las fechas prescriptas para ellos.  Véase Levítico 23:5 en cuanto al sacrificio de Pesah y Levítico 23:32 en cuanto a Iom Kipur.

El profeta Isaías también dice, en el Cap. 30:29: “Será para vosotros la canción como la de la noche en la cual se santifica la festividad”.

“... DÍA UNO” De acuerdo al lenguaje del texto, el versículo debió haber dicho: “Día Primero” tal como sucede con los restantes días de la creación, segundo, tercero, cuarto, etc.... ¿Por qué, entonces, dice el texto  uno-? La razón es: “Porque El Santo Bendito El estaba único en Su mundo, etc...” 
(Así está explicado en el Midrash Bereshit Rabbáh).

Este comentario de Rashí viene a explicar la razón del uso de un número cardinal (uno) y no de un número ordinal (primero). Todas las traducciones y versiones tradicionales insisten en utilizar Uno y no Primero.
Así lo han hecho Onkelos en su Targum y también Ionatán Ben Huziel.

La opinión de Rambán es: “El número ordinal debe ser usado cuando ya hay una existencia que sigue al número, cosa que no ocurre en el día uno de la creación, pero sí en el día segundo porque ya hay un orden establecido. Por esa razón nuestra versión dice en el versículo quinto: “Día Uno”. A partir de ese
momento, cuando el primer ciclo está completado, entonces el texto hablará de un día segundo, día tercero y así sucesivamente.

6 “...PARA QUE SEPARE ENTRE AGUAS Y AGUAS” Una posibilidad interpretativa de este versículo sería que a partir de este instante la Creación de Hashem  va entrando en su ordenación definitiva y permanente. Así como ya fueron creados el día y la noche como medida de tiempo, también en este caso serán establecidas las fuentes de vida para toda la Creación: para lo vegetal, para lo animal y para el hombre antes de que éstos fueran creados. Y así podremos encontrar una alusión clara al respecto en el Salmo 104:3 y especialmente en el versículo 14 que dice: “El riega las montañas desde sus alturas...” y así en Génesis Hashem  separa “entre la aguas que había debajo del firmamento” o sea ríos, lagos y cursos de agua, que revivifican la tierra cuando las lluvias no caen y “entre las aguas que habían por encima del firmamento” o sea las aguas que provendrán de las nubes y se convertirá en lluvias fertilizantes para la tierra.

8 “...ACAECIÓ LA TARDE Y LE SUCEDIÓ LA MAÑANA: DÍA SEGUNDO”
Según Rashí la fórmula “Y vió Elohim que era bueno” es omitida al finalizar la creación del día segundo, ya que la misma no ha sido concluida hasta el día tercero. Por lo tanto una obra inconclusa no puede ser calificada de “ טוב ” -buena- y así veremos que en el día tercero cuando fue concluida la obra e iniciada una segunda, que si fue concluida en el mismo día, el versículo repite la fórmula: -era bueno - dos veces.

9 “EN UN SOLO LUGAR...” A medida que transcurren los días de la Creación, el globo terráqueo va entrando en un orden permanente y duradero para permitir al hombre y al reino animal que serán creados, una posibilidad de vida.

En el Salmo 104:6-9 el poeta, aclamando las maravillas de la Creación, dice con respecto a las aguas, que de cubrir la faz de la tierra se retiraban a un solo lugar.

“La cubriste por los mares cual ropaje las aguas cubrieron las montañas A Tu increpación huyeron, Al sonido de Tu voz se precipitaron Subieron por los montes, Bajaron por los valles, Hasta el lugar que les habías asignado,
Límite les pusiste, no lo traspasarán Ni volverán a sumergir la tierra”

(Véase Sidur C.M.S. Versión Castellana de M.E. pag. 60)
El profeta Irmíahu pide reverencia a  Hashem por haber El establecido las leyes de la naturaleza.” ¡Acaso a Mí no habréis de reverenciar, Yo que establecí a la arena como límite para el mar, como ley perpetua y no habrá de transgredir (la mar)!” (Jeremías 5:22)

10 “TIERRA” El concepto “tierra” en este lugar aparece con una connotación distinta a la del versículo primero: ‘ cielos y la tierra”; ya que ahora tierra querrá decir la parte del globo terráqueo donde se desarrollará y florecerá la vida del ser humano. 
En el idioma del salmista: “Los cielos, son cielos para Adonai, más
la tierra se la dió a los hijos de los hombres”. (Salmos 115:16)

11"... SEGÚN SU ESPECIE... En el relato de la Creación figura el término “especie” - en distintos género y número - en diez oportunidades. Posiblemente esto sea un preludio al precepto bíblico de - Quilaim -, de acuerdo a Levítico 19:19: “No cruzar animales, no mezclar semillas distintas al sembrar los campos, ni tampoco usar ropas con mezclas de determinadas fibras - Shahatnez.

14 “DIJO ELOHIM: HAYA LUMINARES EN LA EXTENSIÓN DE LOS CIELOS PARA DISTINGUIR ENTRE EL DÍA Y LA NOCHE Y QUE SIRVAN COMO SEÑALES PARA CICLOS DEL TIEMPO, PARA DÍAS, PARA AÑOS” “Aquí vemos en forma inequívoca la función que cumplen los luminares en la vida de/ universo y en la del mismo hombre. Los luminares fueron creados para medir el tiempo y para regular las estaciones del año, así como las labores agrícolas del hombre” (Rashí) De ninguna manera el hombre debe convertir a los luminares en objeto de culto, como idolatría o astrología. La prevención es clara, en Deuteronomio 4:19: “Y no sea que levantes tus ojos hacia los cielos, y cuando vieres el Sol, la Luna y las estrellas, todas las huestes celestiales; no sea que te extravíes y te prosternes ante ellos y los adores; ya que los ha concedido Adonai, tu Elohim como parte de todos los pueblos que están bajo los cielos”.

Siguiendo esta línea de pensamientos, el profeta Irmiahu pide al pueblo de Israel no temer a los signos del cielo tal como lo hacían las otras naciones de la época. (Jeremías 10:2)

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