El
número ocho representa la dimensión que trasciende el mundo físico.
La Torá
es el “manual de instrucciones” que enseña cómo utilizar todos los elementos
del mundo material correctamente para alcanzar el objetivo de la vida. El
pueblo judío se dedicó desde su nacimiento al conocimiento de la dimensión
espiritual a través del estudio de la Torá y de su relación con Hashem
a través del cumplimiento de las mitzvot.
Mil años
después surgió el imperio griego y dominó al mundo civilizado. Los
griegos innovaron y se destacaron muy por encima de todas las culturas
anteriores en ciencia, arte, deporte, política y filosofía. Lograron
entender y beneficiarse del mundo físico de forma impresionante. El problema fue que negaron la existencia
de un Creador supremo y omnipotente, y de la existencia del
plano espiritual. Posteriormente decidieron prohibirle al pueblo judío
el estudio de la Torá y el cumplimiento de las mitzvot. También entraron al
Templo para profanarlo e impurificaron el aceite que se utilizaba para
encender la Menorá, con la finalidad de transmitir el mensaje que los
conceptos de santidad y pureza espiritual eran falsos.
Celebramos
Januca para recordar, agradecer y divulgar los milagros que Hashem
hizo para defender al pueblo judío de la opresión del imperio griego
y restaurar la observancia de las leyes de la Torá y del servicio espiritual en
el Templo. Entre todos los milagros que
ocurrieron, el que quedó fijado como símbolo de Januca, es el del jarro de
aceite que sólo tenía la cantidad para encender la Menorá del Templo por
una noche y milagrosamente duró ocho días. Analizando diversos aspectos de
este milagro, podemos entender con mayor profundidad el sentido de Januca.
Antes que
nada, es importante saber lo que representan los números seis, siete, ocho y cincuenta. La Torá describe que Hashem creó todo lo que existe en seis días y "descansó" en el séptimo. Obviamente Hashem
no necesitó un cierto número de horas de labor que acumularon seis días de
trabajo, ni tampoco precisó descansar a su término. El relato de
Génesis nos enseña conceptos sobre la vida aludidos en los números seis y
siete.
El número seis representa el mundo
físico que consiste de tres dimensiones y seis direcciones. El número siete representa la
espiritualidad, la esencia y el objetivo del mundo físico. De forma
similar, Hashem diseñó al cuerpo humano con la misma proporción entre
estos dos números, creando la cabeza, que contiene la parte primordial del
individuo, midiendo un séptimo en comparación con el resto del cuerpo que
mide seis séptimos.
Ahora bien, el número ocho, representa la
dimensión que trasciende este mundo, o sea, más allá del ciclo de los siete
días de la semana. Equivale al Mundo Venidero y al plano espiritual. ‘Ocho’ en hebreo
es shemoná, que contiene las mismas letras de la palabra ‘alma’,neshamá. También el número cincuenta representa la dimensión por encima
del número siete (siete veces siete es cuarenta y nueve) y por este motivo, Hashem
se reveló ante el pueblo judío en el Monte Sinaí cincuenta días después de
haber salido de Egipto.
Regresando
al tema de Januca, por un lado, mencionamos en el rezo que Januca ocurrió “en
los días de Matitiahu, hijo
del Gran Sacerdote jasmoneo Yojanán,
y sus hijos…” y por otro lado, también parte del milagro fue que el jarro de
aceite que encontraron al entrar al Templo, estaba protegido con el sello
del Gran Sacerdote.
¿Cuál es
la conexión y la importancia del Gran Sacerdote y el milagro del aceite?
El Gran
Sacerdote es la única persona que tiene acceso a la dimensión que
trasciende este mundo, al entrar una vez al año, en Iom Kipur, al lugar más sagrado del universo, que es el
recinto interno y más sagrado del Templo (el Kodesh Hakodashim).
En ese
recinto se encontraba el Arca Sagrada que contenía las Tablas de la ley y el
libro de la Torá que escribió Moisés. Como explicamos anteriormente, la Torá corresponde a esta dimensión
trascendental representada por el número cincuenta. A su vez, también el Gran Sacerdote representa este nivel de
trascendencia espiritual, y por ese motivo, utilizaba ocho vestimentas que simbolizaban
su nivel.
Ahora
podemos entender lo que representa el ‘jarro de aceite del Gran Sacerdote
Jasmoneo que duro ocho días’.
La palabra ‘aceite’ en hebreo es shemen, que contiene las mismas
letras de la palabra ‘ocho’shemoná, y también la palabra ‘jasmoneo’ jashmonaí contiene estas letras. A nivel
místico, el jarro del Gran Sacerdote contenía "aceite del octavo
día", o sea, de la dimensión que trasciende el mundo físico, y con él,
lograron encender la Menorá durante otros siete días de forma milagrosa. La Menorá estaba en el recinto externo del
Templo, que equivale al nivel de la espiritualidad de Este Mundo
representado por sus siete brazos.
En
resumen, el milagro del aceite fue que Hashem iluminó con la “luz del Mundo Venidero”, la obscuridad que
introdujo Grecia en este mundo. También nosotros logramos conectarnos con
esa luz trascendental al encender las velas de Januca y fortalecer nuestra
‘alma’ neshamá, en estos
‘ocho’ shemoná días especiales.
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