El Rebe
Najmán continua elaborando esta idea (Likutey Moharan I 6). Como puede verse en
la Torá, Hashem es conocido con varios Nombres. Uno de éstos es EHIéH, que literalmente
significa, “Yo Seré”. Esto no implica que Hashem deba “llegar a ser” o que El
cambie, Hashem no lo permita. Hashem es eterno e inmutable. El concepto detrás
del Nombre EHIéH es más bien, “Yo seré revelado en
niveles muchos más grandes aun”.
Las
cuatro letras del Nombre EHIéH,
Alef (1), Hei (5), Iud (10) y Hei (5) suman 21. Sin embargo, cuando se
calculan de manera retrograda (es decir, volviendo cada vez a la primera letra
hasta completar la palabra entera (Alef+Alef Hei+Alef Hei Iud+Alef Hei
Iud Hei; 1+6+16+21) ̶ suman 44. Este es también el valor de DaM, “sangre”. (Explica el Ari que este método de cálculo se utiliza cuando existe
un ocultamiento de la santidad. Como opuesto a panim [cara a cara], este método es llamado ajoraim [por detrás], indicando un
ocultamiento de la santidad). Así oculto dentro del torrente sanguíneo de la
persona está Hashem Mismo. ¿Por qué está oculto allí? Como hemos visto, el
torrente sanguíneo se encuentra instilado por la mala inclinación. Aun así,
incluso en ese ambiente tan material esta también Hashem Mismo, siempre
paciente, esperando a que volvamos a Él. ¡En el mismo momento en que uno
reconoce sus propios pecados, en ese mismo instante puede encontrar a Hashem!
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