domingo, 27 de agosto de 2017

NUMEROLOGÍA DE LAS LETRAS CÓSMICAS



ES MUY IMPORTANTE SABER QUE LAS VEINTIDÓS LETRAS SE dividen en tres niveles de emanación: Bina (inteligencia), Tiféret (belleza) y Maljút (reino). 

Estos tres niveles de conciencia están subdivididos en diferentes maneras. Aquellos que han visto el pergamino escrito de la Biblia han notado tres tamaños de letras. Cada tamaño representa una forma de vida inteligente particular. Las letras más grandes del pergamino representan el nivel de conciencia conocido como Bina. Las letras medianas, que son la mayoría de las que se encuentran en el pergamino, reflejan el nivel cósmico de Tiféret, y las letras pequeñas demuestran el nivel cósmico de Maljút

En cuanto que la mayoría de las letras del pergamino pertenecen a la categoría cósmica de Tiféret, el Zóhar se refiere a ello como Tora She' Biktav, la Tora escrita. De acuerdo con el Zóhar, el pergamino permite el acceso a la conexión cósmica en el nivel de conciencia conocido como Tiféret, mientras que el Talmud o la Tora oral provee conexión al nivel cósmico de Maljút

Otro aspecto de nuestra búsqueda para la comprensión de las veintidós letras es la división cósmica que existe dentro de las mismas letras. Esta se ilustra mejor por las tres subdivisiones principales del cuerpo humano: la cabeza (incluyendo el cerebro), el torso y las piernas. Las letras también están subdivididas en tres categorías dentro de cada una de las tres sefirót. Tres divisiones cósmicas se hallan dentro de cada una de las sefirót, porque cada una contiene la conciencia-pensamiento de Bináh, Tiféret y Maljút

Estamos conscientes de la importancia central del cerebro. Por medio de la actividad del cerebro, el hombre se vuelve funcional. Debido a la división del cerebro cósmico, las conexiones, que son las letras de energía inteligente, caen dentro de tres subdivisiones o categorías. Los números son creaciones libres del pensamiento humano. Sirven como los medios para entender más fácilmente, y de manera más distinta, la diferencia entre las cosas. Los valores numéricos de "unos", "dieces" y "cientos", representan las tres subdivisiones de energías inteligentes. Las veintidós letras dentro de Bina están subdivididas en un cosmos de Bina, Tiféret y Maljút, que son canales con los cuales el hombre puede establecer la conexión con la mente cósmica. 

Las letras hebreas también representan valores numéricos. Tanto los números como las letras son instrumentos de energía cósmica. En la categoría de los "unos" hay nueve letras, comenzando con Alef y acabando con Tet, las cuales componen las nueve sefirót cósmicas de Bina cósmica. En el grupo de los "dieces", también existen nueve letras, desde la Yud hasta la Tzadik, que representan las nueve sefirót de Tiféret cósmica. En la categoría de los "cientos", que está relacionada con Maljút cósmico, sólo hay cuatro letras: Kuf, Resh, Shin y Tav. 

¿Por qué contiene Maljút cósmico solamente cuatro letras de energía? ¿Es acaso que la falta de letras indica un nivel cósmico más bajo que Bina cósmica y Tiféret cósmica? 

La respuesta es que sí. El Maguen David, el hexagrama, o estrella de seis puntos, está formado por dos triángulos equiláteros que tienen el mismo centro y están superpuestos uno sobre el otro en direcciones opuestas. Para la mayoría de los judíos nunca ha habido ninguna razón para asumir que servía otro propósito aparte de ser decorativo. Algunos interpretan a la Estrella de David como un signo planetario de Saturno conectado con la piedra sagrada en el santuario pre-davídico en Jerusalén. Si esto fuera así, entonces ¿por qué nos referimos a ella como la Estrella de David cuando el Rey David no tuvo nada que ver o decir sobre ella? El hexagrama estaba grabado en el sello del anillo del Rey Salomón como señal de sus dominios sobre los demonios. 

La mayoría de los eruditos creen que su significado como símbolo está relacionado con los días cuando el Rey David lo utilizó sobre su escudo; pero, ¿por qué escogió el Rey David usar el hexagrama sobre su escudo? David era un profeta, no un tonto supersticioso. Lo veo, pero no ahora; lo contemplo, pero no de cerca; surgirá una estrella de Jacob, y el Mesías se levantará de Israel, y golpeará todas las esquinas de Moab, y derrumbará a todos los hijos de Seth.

"Una estrella de Jacob", hace referencia al Rey David, el primer monarca que pudo subyugar al pueblo de Moab. 

El verso parece poner gran énfasis sobre la estrella. 
La interpretación zohárica de la "estrella", enfatiza no solamente su poder asombroso —los seis puntos simbolizan la energía cósmica de las seis sefirót— sino también qué papel hará la "estrella" durante la Era de Acuario. Aquí encontramos la llave por la cual la energía cósmica podrá ser una fuerza vital necesaria para reducir a la mitad el derramamiento innecesario de sangre, guerra y sufrimiento en el mundo. La estrella también es conocida como el escudo de David. El Zóhar nos dice que "el Rey David es el símbolo del Mesías". 

Durante la Era de Acuario, los misterios de la estrella serán revelados a toda la humanidad. La triada superior se relaciona con las tres fuerzas de vida-inteligencia conocidas como la sefirót de Jesed (misericordia), Guevurá (juicio) y Tiféret (belleza). Los carruajes o eslabones de conexión de estas sefirót son los patriarcas Abraham, Isaac y Jacob quienes hicieron manifiestas estas energías inteligentes dentro de nuestro universo. Su posición dentro de la estrella indica su accesibilidad de la conexión cósmica para el ser humano común. La triada superior es el reino de lo potencial, en un estado aún no expresado de lo manifiesto. El poder de la triada superior es demasiado grande, hablando en términos cósmicos para permitir comunicación directa. Es necesaria la transformación de la energía cósmica si es que vamos a poder utilizarla. 

Para lograr la conciencia elevada ofrecida por la triada superior, se necesita el uso de canales metafísicos más ligados con el reino de nuestro universo, el mundo de la acción. La triada inferior fue estructurada para proporcionar tal eslabón. La triada inferior consiste de las fuerzas de energía que han salido del reino de lo potencial hacia un estado manifiesto de expresión. Se relaciona con las tres inteligencias cósmicas de las sefirót Netzaj (victoria), Hod (esplendor o gloria) y Yesod (fundamento). Los carruajes o vehículos de conexión para estas sefirót, fueron Moisés, Aarón y Yosef. Los patriarcas cuyas historias se narran en la Biblia, no se hallaban conectados con la gente durante sus vidas. Llevaban vidas ocultas, privadas y de individualidad. Tal no era el caso con los tres carruajes de Moisés, Aarón y Yosef. Moisés fue el líder de su pueblo, Aarón el sumo sacerdote y mediador entre el reino superior y el reino inferior y Yosef fue el proveedor que rescató el mundo entero conocido del desastre y del hambre. 

Por consecuencia, es la triada inferior por medio del cual se puede lograr la conexión con la triada superior. El mundo de Maljút tuvo acceso a las tres sefirót inferiores de Netzáj, Hod y Yesod. Según nos dice el Zóhar, el Rey David fue el carruaje para Maljút, el cual es el recipiente de la conciencia superior, y se hizo manifiesta por virtud de la capacidad metafísica inherente del Rey David. 
Es precisamente por esta razón que la "estrella" se dio a conocer como el escudo de David. Fue David quien dio a la humanidad el eslabón final directo en la cadena de la conexión cósmica. Además, el Rey David se ha convertido en sinónimo del advenimiento de la Era de Acuario y del Mesías. Dice el Zóhar que en los días del Mesías, ya no habrá necesidad de pedir cada quien a su vecino, "enséñame la sabiduría", como está escrito: "algún día ya no enseñará cada hombre a su vecino ni cada hombre a su hermano, diciendo, ¡conozcan al Eterno! Porque todos me conocerán, desde el más joven hasta el más viejo de ellos".

Así, se ve que la Era de la Iluminación está fuertemente ligada con la Era de Acuario. Como fue mencionado anteriormente, Maljút incorpora solamente cuatro letras de energía. La triada superior de Tiféret es inaccesible, más allá del alcance de la conciencia humana. Nuestro mundo, el mundo de la acción, solamente puede hacer conexión con la triada inferior y Maljút, así, nuestra conexión a los niveles superiores de conciencia debe realizarse por medio de las cuatro letras de energía: Kuf, Resh, Shin y Tav. Estas cuatro letras son el sistema de comunicación para que la humanidad haga conexión con el reino metafísico. La Biblia inmortaliza una galaxia de hombres y mujeres grandes, cada uno de los cuales hizo una significativa contribución al pueblo judío y al bienestar de toda la gente del mundo. 

Hay, sin embargo, uno que se eleva por encima de todos ellos. Se trata del incomparable Moisés. La Biblia atestigua su poder único y su ubicuidad cuando el Señor declara: "Escucha ahora mis palabras; si hay acaso un profeta entre ustedes, Yo el Eterno, me haré conocido a él en una visión, hablaré con él en un sueño. No es así con mi servidor Moisés; él es de confianza en toda mi casa. Con él hablo de boca a boca y no por discursos oscuros". No solamente fue Moisés el primer maestro de la nación de Israel; él dio la energía mística de la Tora al mundo. A pesar de muchas derrotas él nunca falló; siempre perseveró. Fue Moisés quien transformó la aldea de esclavos en una nación con la capacidad potencial de asegurar la paz y la armonía del mundo. Y cuando, desde las alturas sublimes del Monte Sinaí, Israel cayó bajo la influencia del Becerro de Oro, aún entonces, Moisés no abandonó a su pueblo. 

Aunque este evento trágico dejó una herida espiritual tan profunda que Moisés destruyó las tablas escritas por la mano del Altísimo, aún así en una oración que le vino del corazón intervino de parte de sus subditos: "Mas ahora, si Tú perdonares su pecado; y si no es así bórrame, te ruego, de tu libro que Tú has escrito". ¿Por qué fue escogido Moisés para dirigir al pueblo judío? Moisés era tan amable con el rebaño de Yitro, que se dice que el mismo Señor comentó: "Si Moisés demostró tanto cariño y afecto hacia los animales, entonces qué tanto más sería su amor por los humanos". Este era Moisés, el humanitario supremo, capaz de llevar acabo el papel de intermediario. 

La letra importante Kuf, examinada en un capítulo posterior, es un símbolo de conexión entre Moisés y la triada superior. Desde su posición dentro de la Sefirá cósmica Netzaj, Moisés, a través de la letra Kuf, aportó el puente simbólico a los estados más elevados de conciencia. Aarón, hermano de Moisés y Miriam, perteneció a la tribu de Leví. Aún cuando la narración bíblica le asigna claramente a Aarón un papel subordinado al de Moisés, sin duda él mantenía una posición alta dentro de la jerarquía de la tribu. 

El Eterno muchas veces se comunicaba con Moisés y Aarón conjuntamente. Aarón lograba hacer expiación para el pueblo por medio de las ofrendas de incienso para así contener las enfermedades que plagaban a los hijos de Israel. Aarón es especialmente alabado por su amor a la paz. Nunca avergonzó a una persona diciéndole que había pecado. Utilizaba toda estrategia con el fin de reconciliar disputas, sobre todo entre los matrimonios. 

Algunos creen que su amor hacia el prójimo determinó su actitud en cuanto al Becerro de Oro. Fue durante la ausencia prolongada de Moisés en el Monte Sinaí que, doblegándose a la demanda del pueblo, él moldeó el Becerro de Oro que ellos idolatraron. Él pudo haber matado a aquellos que adoraron al Becerro de Oro, como después lo hizo Moisés, pero su amor y compasión por su pueblo le impidieron ejecutar este decreto. Aarón consideró la persuación pasiva como el mejor medio para una apreciación de la Tora. 

Hillel declaró: "Sean como los discípulos de Aarón, que aman la paz, que aman al prójimo y lo atraen y lo acercan a la Tora". No se proporciona ninguna razón directa para la selección de Aarón como sumo sacerdote y fundador del sacerdocio hereditario. El Zóhar establece una conexión entre el amor de Aarón por la paz y su elevación como sumo sacerdote. Originalmente, Aarón era el carruaje o eslabón metafísico con la Sefirá de Hod. Cuando él se preparó espiritualmente para ascender a un nivel más elevado de conciencia, Jesed, la conciencia del sacerdocio, le fue accesible y pudo conducir una corriente de energía cósmica más poderosa de lo que era posible para cualquier otro levita. 

Así era Aarón, el que fomentaba la paz y cuya posición ya estaba destinada dentro de la triada inferior de la Estrella de David. Cuando la actividad espiritual de Aarón se separó de la corriente principal de su sociedad, repentinamente Aarón se volvió el blanco de una insurreción en contra del monopolio del liderazgo familiar. El sacerdocio exclusivo de Aarón y su familia contra el reto de Koraj y sus cómplices, fue mantenido en un juicio de Hashem que condujo a la destrucción de los rebeldes.

Como tanta gente de hoy en día, Koraj rehusó reconocer o aceptar la validez de estados mentales extraordinarios. La capacidad individual para trascender la conciencia racional, se conoció ampliamente —y fue, hasta cierto grado, aceptada socialmente— durante la era tumultuosa de los años sesenta de este siglo, a través del uso del ácido lisúrgico (LSD) y otras drogas alucinógenas. Aunque el uso de los alucinógenos ha bajado de modo significativo desde entonces, el público aún retiene un interés perdurable en los estados extraordinarios de la mente, como se comprueba por la popularidad de varias novelas, películas, filosofías y prácticas espirituales, y métodos de meditación antes considerados esotéricos, los cuales tratan o promueven estados alterados de conciencia. 

Yosef, el justo, simboliza el triángulo inferior de la estrella de David, en la sefirá de Yesod (fundamento).

El hijo de Jacob y Rajel, Yosef, nació en Padan-Aran después de que Rajel fue estéril durante siete años. Jacob mostró favoritismo obvio hacia Yosef sobre los hijos de sus otras esposas. 
La interpretación cabalística de la unión cercana entre este padre e hijo, es decididamente diferente a lo que la narración bíblica parece dar a entender. De acuerdo con la Cabala, el misterio de su afinidad consistió en su mutua posesión del carruaje de Tiféret que proporcionó a ambos un eslabón cósmico con el poder del principio mediador que en la Cabala se conoce como la columna central. Yaacov era el carruaje de Tiféret, la columna central del triángulo superior de la Estrella de David, mientras que Yosef simboliza la simetría dentro del triángulo inferior. Por ende Jacob y Yosef se consideran directamente responsables para establecer la conexión entre la columna central celestial y nuestro universo terrestre. 

De la interpretación literal de la narración bíblica de la juventud de Yosef, aprendemos que fue completamente alejado de sus hermanos porque reportaba sus malos hechos a su padre. Desde la perspectiva zohárica, sin embargo, esta separación entre Yosef y sus hermanos simboliza la elevación de Yosef a un nivel superior de conciencia. Yosef ascendió al cosmos de la Estrella de David mientras que la conciencia de sus hermanos permaneció dentro de la influencia de los doce signos del zodiaco. En una ocasión Jacob envió a Yosef a visitar a sus hermanos para que, al regresar, le informara de su bienestar. Cuando, desde una gran distancia, los hermanos vieron a Yosef, su odio y hostilidad crecieron a tal grado que — se dice— desearon matarlo. El asesinato por personas que, supuestamente, están conectados cósmicamente, es una proposición cuando menos descontrolante. Pero, si suponemos, como lo hace el cabalista, que la Biblia es un código cósmico, entonces esta narración bíblica de asesinato a sangre fría toma un sentido más profundo. La Cabala enseña que los hijos de Jacob simbolizan los doce signos del zodiaco. Entonces, la historia entera de Yosef y sus hermanos se vuelve una descripción detallada de las influencias cósmicas y su dominio sobre el universo. Yosef fue vendido en esclavitud a Putifar, cortesano y administrador principal del Faraón. Yosef se ganó la confianza de su amo, pero esta buena fortuna no duró mucho tiempo. 

La esposa de Putifar, sin que se nombrara en el texto, intentó seducirlo. A pesar de sus esfuerzos repetidos, Yosef resistió toda tentación. Como venganza, ella calumnió a Yosef e hizo que lo metieran a prisión. Aquí, otra vez, en cuanto a esta narración bíblica, la interpretación cabalística de este episodio triste de la vida de Yosef difiere mucho de la interpretación bíblica normal. Desde la perspectiva cabalística, la situación lamentable de Yosef era una bendición disfrazada que le sumnistró un nuevo nivel de conciencia necesario para convertirlo en un carruaje o vehículo de la Estrella de David. La elevación de Yosef a la conciencia cósmica engendró una nueva serie de acontecimientos extraños. Yosef fue traído al palacio para interpretar los sueños del Faraón. Fue así como le dijo al Faraón que ocurrirían siete años de gran abundancia en Egipto, seguidos por un período similar de hambre. 

Yosef le aconsejó al Faraón cómo tratar con la situación. No fue por accidente que el Faraón adoptó sus sugerencias y lo nombró para que estuviera a cargo de la ejecución práctica de su plan, a la edad de treinta años. El recuento bíblico de la ascención de Yosef al alto puesto, es especialmente rico en detalles. Las ideas de Yosef resultaron en una aportación de sustento —en vez de hambre— al mundo entonces conocido; una coincidencia no tan extraña, ya que la posición de Yosef dentro de la Estrella de David corresponde precisamente a la historia narrada en la Biblia. 

Como el carruaje de Yesod, Yosef suministraría el eslabón cósmico directo entre la Estrella de David y el universo tal como lo conocemos. Entonces, desde la perspectiva cabalística, encontramos que la narración bíblica, al descifrarse, indica la conexión de Yosef con este mundo y, además, precisa su posición exacta dentro de la triada inferior de la Estrella de David. David era el hijo menor de Ishai, de la familia efratita que vivió en Bet- Lehem, en Judea. 

De acuerdo con el Libro de Ruth, David descendió de Ruth, la esposa moabita de Boaz. David reinó sobre la nación de Israel durante cuarenta años. Su reino consistió de dos períodos, incluyendo siete años sobre Judea en la ciudad de Hebrón. Durante el segundo intervalo reinó sobre todo Israel en la ciudad capital de Jerusalén. Sin embargo, David es más conocido popularmente por su heroísmo en contra de Goliat, el filisteo. Éxitos adicionales durante la larga guerra contra los filisteos, trajeron consigo su ascención a un rango elevado en el ejército de Saúl, el entonces rey de Israel.

El rey Saúl escogió, subsecuentemente, a David para casarse con su hija, pero empezó a resentir la popularidad ascendente de David y sus celos se convirtieron en la sospecha de que David estaba tramando apoderarse de su trono. Cuando David se percató de que Saúl estaba decidido a matarlo, huyó para vivir con el dolor del exilio, atemorizado constantemente de Saúl y su ejército. Durante este período, David se ganó la admiración y profunda amistad del hijo primogénito de Saúl, Jonatán. 

Ningún otro personaje de la Biblia se describe con tanta nobleza en su humildad y abnegación. El relato bíblico de la amistad entre Jonatán y David se expresa en el verso, "El alma de Jonatán se entretejía con el alma de David y Jonatán lo amaba como a su propia alma". 

David correspondió su amor en la misma medida. El amor de David por Jonatán no estuvo obstaculizado por las tensiones y conflictos que probaron y demostraron el amor de Jonatán cuyo choque de lealtades hacia el padre y hacia el amigo fue comprensiblemente difícil. De acuerdo con todas las reglas de la naturaleza humana, Jonatán debió haber envidiado y odiado a David. Sin embargo, lo amaba más que a sí mismo. El amor de David hacia Jonatán continuó sin interrupción a pesar de su situación peligrosa. Otros, en su lugar, no hubieran encontrado lugar para la compasión. 

Para la mayoría de la gente, la prioridad principal sería el pensamiento de sobrevivencia. No fue así para David quien, aún con sus problemas personales, no encontró excusa para abandonar a quienes le importaban. La muerte del Rey Saúl en la guerra contra los filisteos trajo consigo una etapa importante en la vida de David. Mientras David reinó en Hebrón, hubo una lucha entre la casa de David y la dinastía de Saúl. "Había ahora una guerra larga entre la casa de David y la casa de Saúl, y David se volvió cada vez más fuerte, pero la casa de Saúl se hizo cada vez más débil". 

Después de recibir la noticia de la muerte de Saúl, David comprendió que el camino estaba libre para que se cumpliera su destino. David era ahora la única persona en Israel dotada con el genio militar y la apreciación popular para emprender la labor lenta y dolorosa de la reconstrucción para hacer manifiesto el reino del Señor, Maljút. Un paso crítico fue tomado por David después de certificar la voluntad del Altísimo por medio del Efod, una vestimenta ornamentada usada por el sumo sacerdote sobre una bata azul a la que estaba fijado el Urim y el Tumim
Este pechero era el vehículo principal para la comunicación con el nivel de conciencia del Señor. El término codificado para consultar el Efod es "para presentarse ante el Señor".

 "Y sucedió que David le preguntó al Altísimo, diciéndole: "¿Iré hacia alguna de las ciudades de Judea?". Y el Eterno le dijo: "Ve". Y David dijo: "¿A dónde iré?". Y Él le dijo: "Hacia Hebrón". 
La tensión y animosidad entre las diferentes tribus resultante del deseo de David por unificar el reino de Israel, encontró su expresión en numerosas crisis. Su mismo hijo, Absalón, se rebeló en su contra. "No tenemos porción en David, y no tenemos porción en el hijo de Ishaí", era una expresión de enemistad manifestada por los benjamitas hacia David. A pesar de ello, David previno la fragmentación de Israel con éxito, y logró transformar a los judíos en una nación de gobierno centralizada. 

La vida e imagen de David eran multifacéticas. Sin embargo, el logro de la unificación de su reino se destaca entre todos los demás. El Midrash declara que el Eterno "se anticipa en ver a David siendo rey hasta la Era de Acuario".
 El Talmud toma una posición más fuerte en cuanto al reino davídico, al declarar que "quien se atreva a contender en contra de la soberanía de la casa de David, merece ser mordido por una víbora". 

La historia de Bat-Sheba es para amantes. Revela los misterios de almas gemelas y señala los efectos extraños que puede tener el amor sobre las vidas de los hombres y las mujeres. Si es vista desde la perspectiva cabalística, se vuelve una metáfora que trae nueva luz sobre el sentido del amor. Hollywood y la historia dicen que David cometió adulterio con Bat- Sheba y arregló la muerte de su esposo, Uria. Pero, de acuerdo con el Talmud, David no era culpable de ninguno de estos crímenes. Aunque el texto parece criticar el comportamiento de David hacia Bat-Sheba, la tendencia general es de perdonar a David de toda culpa porque, como dice el dicho, siendo almas gemelas, su amor fue creado en los cielos

"Quien diga que David pecó está en un error", declara el Talmud. David contempló el acto pero no lo llevó a cabo. La Cabala se enriquece con las paradojas y la historia de David y Bat- Sheba es la paradoja personificada. Los rabinos elogian el genio poético de David. "Todas las alabanzas del libro de los Salmos fueron proclamadas por David". "Aún mientras se encontraba en el vientre de su madre, él recitaba un poema". "La media noche nunca me encontró dormido". Hasta la media noche estudiaba la Torá; después recitaba canciones y alabanzas. 

Percibimos cierta contradicción entre la participación de David en la guerra y su preocupación con el amor y la poesía. David parece manifestar casi todo lo que nuestra sociedad humana tiene para ofrecer. Había algo muy especial de David y su reino. ¿Cuál era esta fuerza y aguante particular que le daba a David la fortaleza para perseverar en sus labores hasta ver su realización final? "Como contraparte al David bíblico, el Altísimo tiene otro David", dice el Zóhar.  Junto con Abraham, Isaac, Jacob, Moisés, Aarón y Yosef, David forma la Merkabá, o carruaje de este mundo de acción. David combinó los dos mundos, el superior y el inferior. 

Él era el símbolo del Reino, la totalidad de nuestro universo. La descendencia de David a partir de Ruth la moabita, se recalca en las enseñanzas esotéricas. David, el primer Mesías —como lo será, también, el último— descendió de una mezcla con las klipót. David adquirió el carruaje de Reino para actuar con misericordia y caridad y, sin embargo, para matar de acuerdo con la ley. Por necesidad, David enlistó el poder para vencer al mal arraigado en el hombre. Así, la vida de David personifica la esencia misma de la existencia de la humanidad. La batalla continua dentro del Reino simboliza nuestro conflicto interior. Entonces, es apropiado que David sea incluido entre la triada inferior de patriarcas, porque él representó a toda la humanidad.

Rabino Dr Philip S Berg

No hay comentarios:

Publicar un comentario