sábado, 26 de agosto de 2017

DEL ALA, "SUBIR", Y YARAD "BAJAR ", DE ELOHIM



Ya se habrá echado de ver que cuando tratamos de los homónimos; en este libro, no nos proponemos agotar los significados posibles de las palabras, pues esto no es un tratado de filología. 
No mencionaremos otras acepciones que las que guarden relación con el asunto. Así procederemos al estudiar los términos ALA y YARAD, ascender y descender. Ambas palabras se usan en sentido de movimiento. Cuando un cuerpo se mueve de un lugar más alto a otro inferior, se emplea el verbo YARAD, y cuando a la inversa, ALA. 

Más tarde, ambos verbos se aplicaron para referirse a la grandeza y poderío. Cuando un hombre decae de su elevada situación, decimos que desciende, y cuando mejora de posición, decimos que se eleva. Aplícanse también ambas palabras al proceso intelectual: Cuando reflexionamos acerca de algo que está por debajo de nosotros, decimos que descendemos a considerar, y cuando nuestra atención se fija en algún asunto superior, decimos que nos elevamos a él. 

Ahora bien, los hombres ocupamos en comparación con la esfera celeste una posición harto inferior, tanto en el espacio como en el rango, y el Todopoderoso es también el Altísimo, no en cuanto lugar, pues que no lo tiene, sino en cuanto existencia, grandeza y poder absolutos. Por eso, cuando al Omnipotente le place otorgar al hombre cierto grado de sabiduría o de inspiración profética, se dice que la divina comunicación que le ha sido hecha de tal suerte, así como la Presencia Divina en algún lugar, es un "descenso", mientras que el término de la comunicación profética y el alejamiento de la gloria divina, se llaman ALIYA, "ascenso"

En tal sentido deben entenderse las expresiones "subir" y "bajar", aplicados a Elohim. Cuando, en armonía con los decretos de la voluntad divina, descienden sobre una nación o región de la tierra calamidades y castigos, el autor profético emplea también la palabra "descender": "Ea, pues, descendemos y confundamos allí sus lenguas" (GEN. XI,7). Empero, son más abundantes los ejemplos en que estos verbos se usan en el primer sentido, para referirse a la revelación de la palabra y gloria de Hashem: 

"Y yo descenderé y hablaré allí contigo" (NUM. XI, 17); "y el Señor descendió sobre el Monte Sinaí" (EXOD. XIX, 20). 

Cuando, por otra parte, se dice "y Moisés subió a Elohim" (EX. XIX, 3), debe tomarse en un tercer sentido, además del literal de que Moisés subió a la cumbre de la montaña, sobre la cual se hizo visible cierta luz material, manifestación de la gloria de Hashem; pero no debemos imaginar que el Ser Supremo ocupe un lugar al que ascendamos o del que descendamos. 
Está El lugar más allá de cuanto el ignorante imagina.

Rambam (Maimonides)

No hay comentarios:

Publicar un comentario