jueves, 3 de agosto de 2017
Datos sucintos Almas
En hebreo el alma suele llamarse nefesh o neshamá, aunque éstos son términos que aluden a niveles de alma específicos. Las tres dimensiones principales del alma son la neshamá, el ruaj y el nefesh. El término ruaj lleva el artículo masculino porque suele aludir a la Fuerzas Masculinas de la Providencia, mientras que el nefesh se refiere a las Fuerzas Femeninas de la Providencia.
La parte inferior de la neshamá habita en el cerebro, y su parte superior trasciende el cuerpo. El ruaj mora en el corazón; el nefesh está unido al hígado. El ruaj y el nefesh están directamente unidos al cuerpo, en contraste con la neshamá, cuya adhesión al cuerpo es sólo parcial. Por encima de la neshamá están los niveles de jayá (esencia viva) y yejidá (esencia única).
El cuerpo es incapaz de contener tan excelsas fuerzas. Por lo tanto, constituyen lo que la Cabalá llama “luz circundante”, mientras que nefesh, ruaj y neshamá, son llamados “luz interna”. La fuente Divina del ser humano se denomina “la raíz” de su alma. Explicó rabí Jaim Vital que la raíz del alma humana se encuentra muy elevada en el mundo de Atzilut. El canal del alma se extiende desde su raíz, atravesando todos los mundos hasta alcanzar el cuerpo humano. El alma posee una raíz especial en cada uno de los niveles constituidos por los mundos celestiales. A través de sus actos el alma va ascendiendo de nivel en nivel, adquiriendo en cada cual un grado superior de conciencia Divina.
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