domingo, 30 de julio de 2017

Historia de la Cabalá y del Zohar



El primer cabalista que conocemos fue el patriarca Abraham. El percibió las maravillas de la existencia humana, planteó preguntas acerca del Creador y los mundos superiores le fueron revelados. Transmitió a las generaciones siguientes el conocimiento adquirido y el método usado para alcanzarlo.

La Cabalá se transmitió oralmente durante muchos siglos. Cada estudioso agregó su experiencia única y su personalidad a este cuerpo de conocimiento acumulado, en los términos de las almas de su generación.
La Cabalá se siguió desarrollando después de que la Biblia (los 5 libros de Moisés) fuera escrita. En el período comprendido entre el Primer Templo y el Segundo (586 a. de E.C. – 515 a. de E.C.), ya se la estudiaba en grupos. Luego de la destrucción del Segundo Templo (70 E.C.) y hasta nuestra generación hubo tres períodos particularmente importantes en el desarrollo de la Cabalá, en los cuales aparecen los más importantes escritos acerca de sus métodos de estudio.

El primer período tuvo lugar durante el siglo II cuando el libro del Zohar fue escrito por el rabino Shimon Bar Yochai, el “Rashbi”, alrededor del año 150 E.C., quien era alumno del conocido rabino Akiva (40 E.C.– 135 E.C.). El rabino Akiva y muchos de sus discípulos fueron torturados y asesinados por los romanos, al sentirse amenazados por sus enseñanzas de la Cabalá. Tras la matanza de 24,000 discípulos del rabino Akiva, él y el rabino Yehuda Ben Baba autorizaron al Rashbi a transmitir a las generaciones futuras la Cabalá que le habían enseñado. Por cierto, él y cuatro más fueron los únicos en sobrevivir. Tras la captura y encarcelamiento del rabino Akiva, el Rashbi escapó con su hijo Eliezer. Vivieron en una cueva durante 13 años.

Salió de la cueva con el Zohar, un método cristalizado para el estudio de la Cabalá y el logro de la espiritualidad. Alcanzó los 125 niveles que un ser humano puede lograr durante su vida en este mundo. El Zohar nos relata que él y su hijo alcanzaron el nivel denominado "Eliahu (Elías) el Profeta", lo cual significa que el profeta mismo vino a enseñarles.

El Zohar está escrito de forma única, a través de parábolas y se presenta en arameo, un idioma que se hablaba en los tiempos bíblicos. Nos dice que el arameo es el "inverso del hebreo", el lado oculto del hebreo. El rabino Shimon Bar Yochai no lo escribió él mismo, sino que transmitió la sabiduría y la forma de alcanzarla, metódicamente dictando su contenido al rabino Aba, quien redactó el Zohar de modo que sólo pudieran entenderlo quienes fueran dignos de ello.

El Zohar explica que el desarrollo humano se divide en 6.000 años, durante los cuales las almas transitan un proceso de desarrollo continuo en cada generación. Al final del proceso, todas las almas alcanzan la posición de "fin de la corrección", esto es, el nivel más elevado de espiritualidad y plenitud.
El rabino Shimon Bar Yochai fue uno de los más grandes de su generación. Escribió e interpretó muchos temas cabalísticos que fueron publicados y son conocidos hasta el día de hoy. El libro del Zohar, por su parte, desapareció después de ser escrito.

Cuenta la leyenda que los escritos del Zohar permanecieron ocultos en una cueva cerca de Safed en Israel. Fueron encontrados varios siglos después por residentes árabes de la zona. Un día, un cabalista de Safed compró pescado en el mercado, descubriendo con sorpresa el valor inconmensurable del papel en el que estaba envuelto. Inmediatamente se dedicó a comprar a los árabes el resto de las piezas, reuniéndolas en un libro.

Esto sucedió porque está en la naturaleza de las cosas ocultas el que sean descubiertas en el momento oportuno, cuando las almas adecuadas reencarnan e ingresan a nuestro mundo. De este modo el Zohar ha sido revelado a lo largo del tiempo.

Pequeños grupos de cabalistas estudiaron estos escritos en secreto. El rabino Moshe de León publicó este libro por primera vez en el siglo XIII en España.
El segundo período es muy importante para la Cabalá de nuestra generación. Es el período del Ari, el rabino Itzjak Luria, autor de la transición entre los dos métodos de estudio de la Cabalá. En los escritos del Ari aparece por primera vez el lenguaje puro de la Cabalá, de la cual él proclamó el comienzo de un período de estudio abierto y masivo.

Nació en Jerusalén en 1534. Su padre murió siendo él pequeño y su madre lo llevó a Egipto, donde se crió en la casa de su tío. Allí se ganó la vida a través del comercio, pero dedicó la mayor parte de su tiempo al estudio de la Cabalá. Según la leyenda, pasó siete años aislado en la isla de Roda en el Nilo, estudiando el Zohar, los libros de los primeros cabalistas y los escritos de otro miembro de su generación, el "Ramak", el rabino Moisés Cordovero.

En 1570 llegó a Safed en Israel. A pesar de su juventud, comenzó inmediatamente a enseñar Cabalá. Su grandeza fue pronto reconocida; todos los sabios de Safed, profundos conocedores de la Sabiduría oculta y de la revelada, vinieron a estudiar con él, volviéndose famoso. Durante un año y medio, su discípulo Haim Vital transcribió las respuestas a muchas de las preguntas que surgían durante sus estudios.

El Ari nos legó un sistema básico para el estudio de la Cabalá, el cual sigue vigente hasta el día de hoy. Algunos de estos son conocidos por nosotros como "Etz Hahayim" (El Árbol de la Vida), "Sha’ar Hakavanot" (El Portal de las Intenciones), "Sha’ar Hagilgulim" (El Portal de la Reencarnación) y otros. Murió siendo aún joven, en 1572. Respetando su última voluntad, sus escritos fueron archivados para que su doctrina no fuera revelada antes de tiempo.

Los grandes cabalistas suministraron el método y lo enseñaron, pero sabían que su generación era todavía incapaz de apreciar el cambio. Por lo tanto, muchas veces prefirieron esconder e incluso quemar sus escritos. Sabemos que Baal Hasulam quemó y destruyó la mayor parte de sus escritos. Resulta significativo que el conocimiento fuera confiado al papel y luego destruido. Lo que se revela en el mundo material afecta el futuro y será más fácilmente revelado una segunda vez.

El rabino Vital ordenó que ciertas secciones de los escritos del Ari fueran ocultas y enterradas con él. Una parte fue legada a su hijo Maharash Vital, quien la organizó como Las Ocho Puertas. Mucho después, un grupo de estudiosos encabezados por el nieto del rabino Vital rescató de la tumba otra parte de los escritos.
Recién en tiempos del Ari se comenzó a estudiar el Zohar abiertamente en grupos. A partir de allí, su estudio prosperó durante 200 años. En el gran período Hassidut (1750 – fines del S. XIX), prácticamente todo gran rabino era un cabalista. Surgieron principalmente en Polonia, Rusia, Marruecos, Irak, Yemen y otros países. Luego, a comienzos del siglo XX, el interés por la Cabalá decayó hasta casi desaparecer por completo.
El tercer período se agrega un método adicional a las doctrinas del Ari, redactado en nuestra generación por el rabino Yehuda Ashlag, autor del Sulam, la interpretación del Zohar y de las enseñanzas del Ari. Este método resulta particularmente apropiado para las almas de nuestra generación.

El rabino Yehuda Ashlag, conocido como "Baal Hasulam" por su versión Sulam del Zohar, nació en 1885 en Lodz, Polonia. Durante su juventud, absorbió un profundo conocimiento de la ley oral y escrita, siendo luego juez y maestro en Varsovia. En 1921 emigró a Israel con su familia, ocupando el puesto de rabino de Givat Shaul, en Jerusalén. Ya estaba inmerso en la redacción de su propia doctrina cuando comenzó a escribir el comentario del Zohar en 1943, finalizando en 1953. Murió al año siguiente, siendo enterrado en el cementerio de Givat Shaul en Jerusalén.

Lo sucedió su hijo mayor, el rabino Baruj Shalom Ashlag, el "Rabash". Sus libros se estructuran según las instrucciones de su padre, éstos elaboran con elegancia los escritos paternos legados a nuestra generación, facilitando su comprensión.

El Rabash nació en Varsovia en 1907, emigrando a Israel con su padre. Sólo después de su casamiento su padre le permitió integrar los selectos grupos de estudio de la sabiduría oculta: la Cabalá. Rápidamente se le autorizó dar clase a los principiantes.
Luego de la muerte de su padre, se encargó de seguir enseñando el método especial que había aprendido. A pesar de sus grandes logros, insistió, al igual que su progenitor, en mantener un modo de vida muy modesto. A lo largo de su vida trabajó de zapatero, de albañil y de empleado de oficina. Vivía en lo exterior como una persona común, pero dedicaba cada minuto libre al estudio y a la enseñanza de la Cabalá. El Rabash murió en 1991.

El rabino Yehuda Ashlag, el Baal Hasulam, es el líder espiritual adecuado para nuestra generación. Es el único de su generación que ha escrito un comentario completo y actualizado del Zohar y de los escritos del Ari. Estos libros y los ensayos de su hijo, el rabino Baruj Ashlag, el Rabash, son la única fuente a la que podemos acudir para asistirnos en todo progreso ulterior.

Al estudiar sus escritos estamos estudiando en realidad el Zohar y los escritos del Ari a través de los comentarios más recientes (últimos cincuenta años). Actúan como cinturón de seguridad para nuestra generación, pues, nos permiten estudiar textos antiguos como si hubieran sido escritos hoy, usándolos como trampolín hacia la espiritualidad.

El método del Baal Hasulam sirve para todos. En HaSulam (escalera) construyó en sus escritos, asegura que ninguno de nosotros sienta temor al estudio de la Cabalá. Todo aquel que estudie Cabalá durante tres a cinco años accederá a las esferas espirituales, a la realidad total y a la "comprensión divina", nombre de lo que está arriba (más allá) de nosotros y
que aún no percibimos. Tomando como guía los libros del rabino Yehuda Ashlag alcanzaremos la auténtica corrección.

El método de estudio apunta a despertar en nosotros el deseo de comprender los mundos superiores. Aumenta nuestra voluntad de conocer nuestras raíces y de conectarnos con ellas. Entonces seremos capaces de mejorar y de auto-realizarnos.

Los tres grandes cabalistas son de una misma alma, que apareció en un tiempo como Rabí Shimón, en una segunda ocasión como el Ari y una tercera vez como Rabí Yehuda Ashlag. Cada ocasión correspondió al momento oportuno de madurez y merecimiento de cada generación, descendiendo el alma para enseñar el método adecuado.

Las generaciones son cada vez más dignas de descubrir el Zohar. Lo que fue escrito y oculto por Rabí Shimón Bar Yochai fue descubierto más tarde por la generación de Rabí Moshé de León y luego por la del Ari, quien comenzó a interpretarlo en términos de Cabalá. Estos escritos también fueron archivados y luego parcialmente redescubiertos a su debido tiempo, en tanto que nuestra generación tiene el privilegio de contar con la Sulam, que habilita a cualquiera a estudiar la Cabalá y autocorregirse ya.

Vemos que el Zohar le habla a cada generación. A medida que pasan las generaciones, es más revelado y mejor comprendido. Cada generación abre dicho libro a su modo, según las raíces de su alma.
Al mismo tiempo, se intenta ocultar los escritos cabalísticos para que quienes sientan la necesidad de buscarlos, los descubran por sí mismos. los cabalistas evidentemente saben que el proceso de cambio requiere de dos condiciones: el momento adecuado y la madurez del alma. Somos testigos de un suceso muy interesante, caracterizado por el surgimiento y la señalización de una nueva era en el estudio de la Cabalá.

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