En el principio creó Elohim los cielos y la tierra.
Bereshit bara Elohim et hashamayim ve'et ha'arets.
Como
vemos, la primera palabra de la Toráh, BERESHIT, EN HEBREO SIGNIFICA “Principio”.
Esta
palabra encierra muchos misterios, porque en el principio de las cosas se
encuentra también implícitamente la
clave de la finalidad. Es decir, si perdemos el origen, perdemos el sentido. La
gran pregunta del ser humano es: ¿de dónde vengo… y adónde voy? En el principio
se encuentra el misterio de cómo se hace visible lo invisible y de cómo se
materializa el pensamiento. El Principio (Bereshit) es una energía primordial,
es el impulso inicial determina la dirección de todas las cosas, pues todo
sigue a un primer movimiento.
Basándonos
en estas premisas, cuando leemos el primer pasuk (versículo) de la Toráh: “En
principio creo Elohim los cielos y la tierra”, podemos comenzar el viaje y
encontrar grandes mensajes de vida.
El
primer versículo de la Toráh nos está diciendo que la creación no fue un suceso
que tuvo lugar en el tiempo, sino que marco la iniciación misma del tiempo.
Bereshit es el momento primordial del tiempo, un momento sin pasado; nada le precedió,
pues con este momento Hashem creo el tiempo mismo a partir de la nada más
absoluta.
El tema
fundamental de la Creación es el paso del Elohim absoluto al Elohim Creador,
que en términos kabalístas se entiende como “IESH MEÁIN” o “la primera
existencia a partir de la nada”.
El ÉIN
SOF (la nada) designa lo incognoscible. El tránsito de esta nada a la creación es
el misterio mas profundo de la Toráh y de la existencia misma.
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